El arte de la esquina
Año XIII N° 169
1 de enero de 2020
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Princesa Hyacint - A. Mucha
SUMARIO
Art Nouveau
El ciervo en el calendario celta
El Gerifalte y la golondrina
Art Nouveau
El Art Nouveau es el movimiento de renovación artística que se desarrolló de fines siglo XIX (fin de siècle) y los comienzos del XX (la Belle Époque). Con ese nombre se conoció en Bélgica y Francia; Jugendstil, en Alemania y los países nórdicos; Sezession en Austria; Modern Style en el Reino Unido; Nieuwe Kunst en los Países Bajos; Liberty o Floreale en Italia y Modernismo en España.
Ilustración - Elisabeth Sonrel
Todas esas denominaciones hacen referencia a la intención de crear un Arte Nuevo, joven, libre y moderno y, como todos los movimientos de Vanguardia, una ruptura con lo anterior y una idea: el futuro ya ha comenzado, en que se valorase lo artesanal, sin renunciar a lo industrial, aspirando a democratizar la belleza o socializar el Arte.
Primer Número
Potenció la idea de que hasta los objetos más cotidianos deben tener un valor estético y ser accesibles a toda la población. Por eso empezaron a hacerse visibles útiles cotidianos, el mobiliario urbano, que pasó a tener gran importancia (kioskos, estaciones, farolas, papeleras). Desapareció la diferencia jerárquica entre Artes mayores y menores, puras y aplicadas.
Ex libris – Koloman Moser
En el Art Nouveau tuvo igual valor una construcción monumental, que un accesorio; un anuncio publicitario, que un cuadro. De hecho, los mismos artistas realizaron los marcos para sus obras y los afiches promocionales; mientras que los arquitectos diseñaron incluso los muebles para los edificios. Su Estética se inspiró en la Naturaleza.
Los vegetales y otros seres vivos se enlazaron entre sí y con el motivo central. Las rectas no interesaron. Se prefirió usar curvas y asimetría. Todo fue más sensual, pues se buscó complacer a los sentidos. Flores, hojas, tallos, insectos, orgánicas rellenaron el espacio todo, por el horror vacui. Todo sale del gran libro de la naturaleza; las obras de los hombres son ya un libro impreso, dijo: Antoni Gaudí
Reja – Gaudí
El Ciervo en el Calendario Celta
La cultura celta se asentó en el occidente de Europa, teniendo un conocimiento profundo del mundo, que se transmitía a cada nueva generación a través de sus sabios: los druidas. Ellos tenían las funciones religiosas, curativas, sanadoras y mágicas. Pero también se encargaban de la conservación de los secretos de la naturaleza.
Después de observar detenida y cuidadosamente el mundo, supusieron que las personas nacidas en una determinada época del año compartían cualidades y características físicas. Estas conclusiones las proyectaron en su calendario de 13 meses, por el número de fases lunares durante el año solar. Este pueblo asoció el poder del satélite natural de la tierra con la magia de la vida que expresaron en su Ogam.
La cultura celta creó un horóscopo compuesto no por 12 sino 13 signos zodiacales, que fueron representados simbólicamente por vegetales, principalmente árboles, y también por animales: aves, peces e insectos. Seres vivos del aire, el agua y la tierra compartieron el mismo espacio de tiempo y confirieron sus características a los humanos nacidos en el mes que ellos patrocinaban.
El período que va del 24 diciembre al 20 enero es presidido por el Abedul, quien comparte ese dominio con el Ciervo. Ese animal era considerado como el ganador. La persona nacida bajo su tutela tiene, según las creencias de los celtas, altos ideales y aspiraciones. Ella no puede ser disuadida de dejar el camino elegido. Es paciente y su persistencia le asegura su triunfo.
El Ciervo se concentra en superar las dificultades. Es orgulloso y pese a las adversidades se mantiene en su punto. Es noble por naturaleza, pero no se siente superior a los demás. Él cree en el trabajo intenso y su sello es la integridad. Se le identifica con idealistas, con nuevos proyectos y sueños, sin claudicar sus convicciones ni sus valores. Su nobleza y determinación le permiten derribar barreras y trabas.
El gerifalte y la golondrina
Prof. Graciela Sovrán Haro
Un gerifalte ceñía
A una golondrina mansa.
Ella, con rubor, pedía
Que a su suerte la librara.
Tanto rogó golondrina
Por su vida y por sus hijos
Que el gerifalte termina
Por abrir confiado el pico.
Echa a volar golondrina
Otra vez hacia su nido.
Las crías la recibían
Con sus afanosos píos.
Piedad mostró el gerifalte,
Halcón de mayor tamaño;
A pesar de ser tan grande
No tuvo gesto de agravio.
Nota de benevolencia
En tolerancia absoluta.
Noble actitud de clemencia
Que a golondrina no enluta.
Halcón Gerifalte
Golondrina
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