viernes, 1 de diciembre de 2017

El arte de la esquina

Año I Nº 126
Diciembre de 2017


Tapiz - W. Morris y J.H.Dearle



SUMARIO

Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX
El muérdago
La nana del corazoncito






Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX


Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro


La bella Isolda (La Reina Ginebra) – William Morris




Muchos estilos ofrecieron sus valiosas contribuciones para hacer de las Vanguardias lo más característico, culturalmente del siglo XX. Desde el XIX Arts & Crafts (Artes y Artesanías)  ofreció su aporte en toda la amplia gama del hacer artístico, sin limitarse a esta actividad ni separarse o apartarse de lo artesanal en sus múltiples formas.


John Ruskin – John Everett Millais





Augustus Pugin



A los cuestionamientos al sistema de producción capitalista hechos por el artista y crítico John Ruskin y el arquitecto Augustus Pugin se les sumó William  Morris. Este último fue el paladín del movimiento. Integró la palabra y la acción  en la obra artística y artesanal. Buscó que los productos manufacturados fuesen portadores de belleza y pudiesen ser adquiridos por la gente común y  así, llegasen a la casa de todos.



William Morris



Su propuesta fue considerada propia del socialismo utópico, pues pretendía restaurar el sistema medieval de los gremios. Fue considerado el primer marxista británico.  Como tal fundó y dirigió el periódico The Commonwealth. En él  expuso y puso en práctica sus ideas marxistas.






Los preceptos de Morris, que lo muestran en sus múltiples facetas, no sólo sirvieron a artistas y artesanos para la producción de manufacturas que enfrentaron a la industria, sino también a los sindicalistas aún fuera de Inglaterra. Por su gran contribución es recordado como un organizador ideológico de los gremios de trabajadores.






Si algo hubiera que decir sobre sus conceptos artísticos, culturales, sociales y políticos sólo bastaría mencionar su producción bibliográfica: El arte bajo la plutocracia; Cómo vivimos y cómo podríamos vivir; Trabajo útil o esfuerzo inútil y más.



El muérdago

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Robert Graves el renombrado autor de Yo, Claudio y compilador de Los Mitos Griegos, creó un Calendario Lunar Arbóreo Celta, con 13 (trece) meses de 28 noches cada uno, que se corresponde con un árbol autóctono septentrional o una planta de Europa y, por ende, también del Hemisferio Norte.





El 23 de diciembre, que había quedado fuera del sistema, se asoció con el muérdago. Fue nombrado: Uil-Iok por la investigadora de la Universidad de Glasgow Helena Paterson y aceptado por otros admiradores del ingenioso autor e inventor Robert Graves. El calendario, aunque no sea auténticamente celta ni druídico, es natural y estéticamente bello.


Muérdago 




El Calendario difundido por Robert Graves se vincula con la Rueda Celta del Año. En ella se presentan ocho festividades para celebrar el ciclo de la Naturaleza, en relación con las estaciones (equinoccios y solsticios) y la actividad agrícola. Originariamente los celtas la elaboraron para el Hemisferio Norte, pues allí vivían. Pero, al ampliarse el mundo galófilo, se confeccionó una equivalencia para el Sur.



La Rueda Celta del Año



Última Cosecha, Noche Ancestral, Fiesta de los Muertos, Halloween.
31 de octubre en el Hemisferio Norte (HN).
1 de mayo en el Hemisferio Sur (HS).

Solsticio de Invierno
21 de diciembre en el HN.
21 de junio en el HS.

Día de Brígida, Candelaria
1 de febrero.
1 de agosto en el HS.

Equinoccio de Primavera, Festival de los Árboles 
21 de marzo.
21 de septiembre en el HS.




Día de Mayo
1 de mayo.
31 de octubre en el HS.

Solsticio de Verano
 21 de junio.
21 de diciembre en el HS.

Primera Cosecha, Festival de las Primeras Frutas
1 de agosto.
1 de febrero en el HS.

Segunda Cosecha, Equinoccio de Otoño
 21 de septiembre.
21 de marzo en el HS.

Los druidas (filósofos, sabios y sacerdotes celtas) creyeron hallar una relación entre los árboles de poder y las almas de las personas nacidas bajo su influencia. Esto permitió elaborar una lista de árboles sagrados y de características de las conductas humanas, que fueron asociadas a ellos. Algunos autores construyeron un Zodíaco Lunar Celta y lo compararon con el grecolatino.









Árbol Celta de la Vida



El muérdago está cargado de símbolos, que las leyendas han transmitido secularmente en forma oral. Los druidas (sabios celtas) lo utilizaban por considerar que era una planta mágica. Esos antiguos sacerdotes hacían la recolección según un complejo ritual que incluía fechas muy precisas de cosecha y el uso de herramientas con  características muy específicas, como una hoz de oro. Luego se lo colocaba en una prenda blanca evitando que al caer tocara la tierra.




Druida corta el Muérdago con la Hoz de Oro



Previamente los sacerdotes se reunían para mostrar sus extraordinarios poderes. Competir en ese concurso  era para los druidas la condición sine qua non para obtener el áureo instrumento, que  habría de ser sólo para el mejor de todos los magos prodigiosos que participaran del certamen.

  

Certamen Druida



Esta historia inspiró al guionista René Goscinny para su ejemplar la hoz de oro. En esa ocasión, como en otras, divulgó con humor, además de esta costumbre, muchos otros usos y rituales de  los galos. Su objetivo pudo lograrse exitosamente por la intervención de Albert Uderzo como
Ilustrador.





  
René Goscinny y Albert Uderzo
  


Los celtas creían que el muérdago los protegía de muchos males (los rayos, la maldad y las enfermedades). Suponían que servía para curar heridas y ayudar a las mujeres en la concepción. Los sacerdotes galos lo consideraban como un símbolo de paz y un potente amuleto. Por esa razón con él se trenzaban guirnaldas.  



Guirnalda de Muérdago Blanco



Las puertas de sus casas las lucían, no sólo como adornos sino para protegerlas de los malos espíritus y alejar a los visitantes indeseables. También se lo consideró  como una eficaz defensa contra brujas y demonios. Así se extendió la costumbre de colocar ramas de muérdago en la entrada de la casa.



Guirnalda de Muérdago



Una tradición más reciente vincula al muérdago con los besos. Se supone que pudo haberse originado en una situación fáctica: en el ingreso a la casa se saluda, recibe y despide de ese modo a las visitas. Y, dado que sobre la puerta había un ramo de muérdago con propósitos múltiples, se acabó por ligar una cosa a la otra.



Beso y Muérdago



Además, como se estima que esa planta atrae la buena suerte y se hizo costumbre decir que, si un galán sorprendiera a una mujer bajo un muérdago, entonces podría besarla. Si el beso se diera en la Nochebuena, la mujer encontraría el amor buscado (o lo conservaría, si ya lo tuviera). Si una pareja se diera ósculo, ésta sería fértil. Esta concepción parece ser (por la perspectiva masculina)  propia del patriarcado y cristiana (por la referencia a la festividad).



Muérdago en Decoración Navideña



La nana del corazoncito

Texto: Graciela Sovrán Haro
Imagen: Elsa Sposaro


Corazoncito de almíbar,
Corazoncito de miel.
El niño me quiere bien,
Yo lo quiero con mi vida.

Cuando se duerme en la cuna
Con ritmo feliz lo hamaco.
El niño descansa en brazos
De la mismísima luna.

Corazones de ambrosías,
Néctar de los corazones.
El niño pide renglones
Para escribir poesías.

Arrorró, niño muy dulce,
Arrorró del buen nacer.
El niño me da su ser
Y yo le doy lo que guste.



Nana











miércoles, 1 de noviembre de 2017

El arte de la esquina


Año XI Nº 125                                                                                 
Noviembre de 2017




El jardín del Hospital de Saint Paul - V.Van Gogh

SUMARIO

Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX

Mejor sola...

Parábola





Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX .3ª Parte

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Las Vanguardias del siglo XX tuvieron como antecedentes reconocidos a varios movimientos de la centuria anterior. Entre ellos fueron reconocidos: el Impresionismo, el Neo Impresionismo (o Puntillismo) y  el Pos Impresionismo.


El peinado – René Schutzenberger



Los pintores pos impresionistas fueron considerados como constructivistas, (aunque no al estilo de los rusos) sino solo porque reconstruían la forma de los objetos, pero también movimientos futuros, con su innegable influencia. Cézanne pudo dar origen al Cubismo; Gauguin al Fauvismo y van Gogh al Expresionismo,  aunque haya habido ilustrísimos antecesores.



Mujer de azul – Cézanne




Mujer con abanico – Picasso




Dos mujeres tahitianas – Gauguin





Mujer con sombrero - Matisse





Apocalipsis según San Juan – El Greco




Noche estrellada -  Vincent van Gogh










Madonna – E. Munch





Mejor sola...

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Al visitar recientemente Pontevedra pude apreciar muy variadas expresiones artísticas, reliquias de siglos anteriores y manifestaciones contemporáneas. Ellas provienen del pasado celta, el período cristiano, el románico… A las que se sumaron las muestras actuales de arte popular urbano y callejero. Lo consagrado por la Historia del Arte ya ha sido dicho y repetido elogiosamente y lo más respetuoso quizás sea no agregar nada. Pero algo nuevo me resultó verdaderamente estremecedor. La obra de arte movilizante fue esta pintura mural libre, anónima, ilegal y prohibida.






Esta procesión de ánimas conocida por muchos nombres, pero principalmente como Santa Compaña me sugirió que algunas pinceladas de este emotivo y lúgubre cuadro las hayan dado (ya en el Siglo de Oro español) las palabras de Tirso de Molina en El Convidado de Piedra y, más recientemente las del romántico Gustavo Adolfo Bécquer en El Monte de las Ánimas.



Tirso de Molina en El Convidado de Piedra




En esta leyenda una persona viva aún, pero como sonámbula en el Día de Fieles Difuntos, marcha portando una cruz, regenteando a un grupo de almas que llevan una vela, para entregar a quien habrá de ser el próximo en morir. Mientras tanto, por su proximidad los difuntos lo consumen. Pero es evidente que la historia sigue viva, como lo muestra ese popular grafito callejero en Galicia.



Gustavo Adolfo Bécquer en El Monte de las Ánimas



Sin embargo, aunque estas obras literarias hayan sido muy impresionantes para mí, creo que el fundamento de mi estado de ánimo está en que hace muchos años, siendo niña muchas veces me dormí con miedo a la visita de las brujas o a un encuentro ocasional con ellas. Como siempre alborotaba, aún por las noches, mis padres para silenciarme al ir a la cama, mirando por la ventana me decían: ¡Calladita la boca y a dormir, que las meigas ya están bailando!





Y es verdad  que incluso llegaba a ver las luces de las hogueras en el monte. Con ese temor, al oír ruidos en las ventanas por el viento que las batía, sospechaba que podrían pasar cosas terribles, aún cuando alguien de la casa pudiera haber golpeado en el suelo para reforzar el efecto que se repetía cada año en la Noche de Brujas y el Día de los Muertos.






Entonces los más pequeños agradecíamos el calorcito de la cama buscando una manera de tranquilizarnos y así poder dormir. Nos cubríamos la cabeza con las mantas para no pensar en eso. Algunos de nosotros imaginábamos los fuegos y otras cosas horribles como la Santa Compaña y las procesiones de las almas.






Yo había escuchado con mucha atención los relatos de los mayores que hablaban de  la Estadea. En todas sus narraciones la procesión nocturna de las almas, cada una con un cirio en la mano salía por los caminos después de la medianoche y era el presagio de la muerte de alguien estuviera enfermo o no. Se podía ver en la vigilia o en los sueños a un grupo de gente que se encaminaba al cementerio. Esa era la señal que anunciaba que al día siguiente ese individuo moriría.






Había quien afirmaba que la Huéspeda llenaba la casa de quien era notificado, por ejemplo, las personas que acompañaban al enfermo,  y cuando estaba muerto y dentro ya de la caja mortuoria, hacían como una escenificación previa de la misma sepultura del ataúd que portaría su cuerpo inerte.






También contaban que cuando el que moría había hecho en vida grandes daños, debía regresar desde el otro mundo a éste para reparar el grave mal, si es que ese perjuicio no era irreparable, porque sin conseguir su dispensa, no se le permitía entrar en el Purgatorio. Entonces ese ser venía y se aparecía de noche en los caminos pidiendo ayuda a hombres o mujeres, a los que hallara, pues al primero que pasara se lo requería.







Los más viejos decían que ese requerimiento se refería a cumplir las promesas, los votos y hasta la reparación o compensación de los daños hechos por el difunto. Pero para ello se necesitaba la mediación de una persona viva. Ella era quien debía cumplir con las misas prometidas por el muerto o algún otro mandato de carácter religioso que le permitiera al fallecido entrar en el Cielo.






Estos dichos no hacían más que asustar a unos y entretener a otros, según la edad y el rol. Ahora todo esto tiene otro peso. He leído y oído muchas versiones de esta leyenda popular, que creía exclusiva de mi pueblo. Y, aunque ya sé que se da en todo el noroeste y otras regiones de España, el anuncio como el sonido de las campanas, se oye más fuerte en Galicia. Esta procesión también  visita aún hoy a nuestros vecinos asturianos, quienes también la recuerdan. En otras comunidades la designan con otros nombres como Güéspeda y Estantigua, entre otros muchos, pero siempre es la Santa Compaña.



Gárgola como gaitero



Ella  tenía por finalidad (según se suponía) advertir que próximamente habría una muerte. Reflexionando sobre esto, concluyo  en coincidencia con los autores que afirman que esa compañía de santa tiene muy poco. Se la tiene como un relicto de un rito pagano que al imponerse el cristianismo, adoptó otras formas. Como un acto de legítima defensa, esperando una protección, la gente le llamó supersticiosamente así, para congraciarse con ella. Los eruditos lo consideran como un acto apotropaico, que la literatura consagró exitosamente y la arquitectura medieval mostró bajo la forma de gárgola, como la del gaitero. Aprovechando lo poderoso de esta historia se la ha parodiado en términos lingüísticos y de otros lenguajes artísticos, para dar a entender que esos fantasmas podían dar muerte a los vivos, ejemplificando a más de un genocidio.








Parábola:El cuenco de la mano y el mendigo

Texto: Graciela Sovrán Haro
Imagen: Elsa Sposaro




El cuenco de la mano
La taza natural.
El agua cristalina
No se contiene mal.
La fuente se reclina,
Se vuelca en ansiedad,
En la mano sublima
Transparente heredad.
Bebiendo con mi mano
El agua sabe a azahar,
La digiero con rasgos
Que reflejan verdad.

El cuenco de la mano,
Vasija instrumental,
Canta el agua su canto
De ascendencia ancestral.
El agua con acero,
Con lujo mineral,
Cura como remedio
Enfermedad y mal.


 Joven Mendigo – Murillo


Yo te extiendo mi mano,
Mendigo que al pasar.
Requieres emociones
Que otros no quieren dar.
El cuenco de mi mano
Te da el fresco cristal
Que alivia de momento
Tu pena sideral.

El agua cristalina
No se contiene mal.
Veo que tu retina
Lágrimas va a expresar;
Agradeces con risas
El líquido inmortal.