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miércoles, 1 de noviembre de 2017

El arte de la esquina


Año XI Nº 125                                                                                 
Noviembre de 2017




El jardín del Hospital de Saint Paul - V.Van Gogh

SUMARIO

Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX

Mejor sola...

Parábola





Antecedentes de las Vanguardias artísticas del siglo XX .3ª Parte

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Las Vanguardias del siglo XX tuvieron como antecedentes reconocidos a varios movimientos de la centuria anterior. Entre ellos fueron reconocidos: el Impresionismo, el Neo Impresionismo (o Puntillismo) y  el Pos Impresionismo.


El peinado – René Schutzenberger



Los pintores pos impresionistas fueron considerados como constructivistas, (aunque no al estilo de los rusos) sino solo porque reconstruían la forma de los objetos, pero también movimientos futuros, con su innegable influencia. Cézanne pudo dar origen al Cubismo; Gauguin al Fauvismo y van Gogh al Expresionismo,  aunque haya habido ilustrísimos antecesores.



Mujer de azul – Cézanne




Mujer con abanico – Picasso




Dos mujeres tahitianas – Gauguin





Mujer con sombrero - Matisse





Apocalipsis según San Juan – El Greco




Noche estrellada -  Vincent van Gogh










Madonna – E. Munch





Mejor sola...

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Al visitar recientemente Pontevedra pude apreciar muy variadas expresiones artísticas, reliquias de siglos anteriores y manifestaciones contemporáneas. Ellas provienen del pasado celta, el período cristiano, el románico… A las que se sumaron las muestras actuales de arte popular urbano y callejero. Lo consagrado por la Historia del Arte ya ha sido dicho y repetido elogiosamente y lo más respetuoso quizás sea no agregar nada. Pero algo nuevo me resultó verdaderamente estremecedor. La obra de arte movilizante fue esta pintura mural libre, anónima, ilegal y prohibida.






Esta procesión de ánimas conocida por muchos nombres, pero principalmente como Santa Compaña me sugirió que algunas pinceladas de este emotivo y lúgubre cuadro las hayan dado (ya en el Siglo de Oro español) las palabras de Tirso de Molina en El Convidado de Piedra y, más recientemente las del romántico Gustavo Adolfo Bécquer en El Monte de las Ánimas.



Tirso de Molina en El Convidado de Piedra




En esta leyenda una persona viva aún, pero como sonámbula en el Día de Fieles Difuntos, marcha portando una cruz, regenteando a un grupo de almas que llevan una vela, para entregar a quien habrá de ser el próximo en morir. Mientras tanto, por su proximidad los difuntos lo consumen. Pero es evidente que la historia sigue viva, como lo muestra ese popular grafito callejero en Galicia.



Gustavo Adolfo Bécquer en El Monte de las Ánimas



Sin embargo, aunque estas obras literarias hayan sido muy impresionantes para mí, creo que el fundamento de mi estado de ánimo está en que hace muchos años, siendo niña muchas veces me dormí con miedo a la visita de las brujas o a un encuentro ocasional con ellas. Como siempre alborotaba, aún por las noches, mis padres para silenciarme al ir a la cama, mirando por la ventana me decían: ¡Calladita la boca y a dormir, que las meigas ya están bailando!





Y es verdad  que incluso llegaba a ver las luces de las hogueras en el monte. Con ese temor, al oír ruidos en las ventanas por el viento que las batía, sospechaba que podrían pasar cosas terribles, aún cuando alguien de la casa pudiera haber golpeado en el suelo para reforzar el efecto que se repetía cada año en la Noche de Brujas y el Día de los Muertos.






Entonces los más pequeños agradecíamos el calorcito de la cama buscando una manera de tranquilizarnos y así poder dormir. Nos cubríamos la cabeza con las mantas para no pensar en eso. Algunos de nosotros imaginábamos los fuegos y otras cosas horribles como la Santa Compaña y las procesiones de las almas.






Yo había escuchado con mucha atención los relatos de los mayores que hablaban de  la Estadea. En todas sus narraciones la procesión nocturna de las almas, cada una con un cirio en la mano salía por los caminos después de la medianoche y era el presagio de la muerte de alguien estuviera enfermo o no. Se podía ver en la vigilia o en los sueños a un grupo de gente que se encaminaba al cementerio. Esa era la señal que anunciaba que al día siguiente ese individuo moriría.






Había quien afirmaba que la Huéspeda llenaba la casa de quien era notificado, por ejemplo, las personas que acompañaban al enfermo,  y cuando estaba muerto y dentro ya de la caja mortuoria, hacían como una escenificación previa de la misma sepultura del ataúd que portaría su cuerpo inerte.






También contaban que cuando el que moría había hecho en vida grandes daños, debía regresar desde el otro mundo a éste para reparar el grave mal, si es que ese perjuicio no era irreparable, porque sin conseguir su dispensa, no se le permitía entrar en el Purgatorio. Entonces ese ser venía y se aparecía de noche en los caminos pidiendo ayuda a hombres o mujeres, a los que hallara, pues al primero que pasara se lo requería.







Los más viejos decían que ese requerimiento se refería a cumplir las promesas, los votos y hasta la reparación o compensación de los daños hechos por el difunto. Pero para ello se necesitaba la mediación de una persona viva. Ella era quien debía cumplir con las misas prometidas por el muerto o algún otro mandato de carácter religioso que le permitiera al fallecido entrar en el Cielo.






Estos dichos no hacían más que asustar a unos y entretener a otros, según la edad y el rol. Ahora todo esto tiene otro peso. He leído y oído muchas versiones de esta leyenda popular, que creía exclusiva de mi pueblo. Y, aunque ya sé que se da en todo el noroeste y otras regiones de España, el anuncio como el sonido de las campanas, se oye más fuerte en Galicia. Esta procesión también  visita aún hoy a nuestros vecinos asturianos, quienes también la recuerdan. En otras comunidades la designan con otros nombres como Güéspeda y Estantigua, entre otros muchos, pero siempre es la Santa Compaña.



Gárgola como gaitero



Ella  tenía por finalidad (según se suponía) advertir que próximamente habría una muerte. Reflexionando sobre esto, concluyo  en coincidencia con los autores que afirman que esa compañía de santa tiene muy poco. Se la tiene como un relicto de un rito pagano que al imponerse el cristianismo, adoptó otras formas. Como un acto de legítima defensa, esperando una protección, la gente le llamó supersticiosamente así, para congraciarse con ella. Los eruditos lo consideran como un acto apotropaico, que la literatura consagró exitosamente y la arquitectura medieval mostró bajo la forma de gárgola, como la del gaitero. Aprovechando lo poderoso de esta historia se la ha parodiado en términos lingüísticos y de otros lenguajes artísticos, para dar a entender que esos fantasmas podían dar muerte a los vivos, ejemplificando a más de un genocidio.








Parábola:El cuenco de la mano y el mendigo

Texto: Graciela Sovrán Haro
Imagen: Elsa Sposaro




El cuenco de la mano
La taza natural.
El agua cristalina
No se contiene mal.
La fuente se reclina,
Se vuelca en ansiedad,
En la mano sublima
Transparente heredad.
Bebiendo con mi mano
El agua sabe a azahar,
La digiero con rasgos
Que reflejan verdad.

El cuenco de la mano,
Vasija instrumental,
Canta el agua su canto
De ascendencia ancestral.
El agua con acero,
Con lujo mineral,
Cura como remedio
Enfermedad y mal.


 Joven Mendigo – Murillo


Yo te extiendo mi mano,
Mendigo que al pasar.
Requieres emociones
Que otros no quieren dar.
El cuenco de mi mano
Te da el fresco cristal
Que alivia de momento
Tu pena sideral.

El agua cristalina
No se contiene mal.
Veo que tu retina
Lágrimas va a expresar;
Agradeces con risas
El líquido inmortal.


                       
   




jueves, 1 de junio de 2017

El arte de la esquina

Boletín 119 Año X          
Junio de 2017






La Escuela de Atenas - Rafael


SUMARIO

Apuntes para una Estética del Posimpresionismo Xª Parte
Educación, Arte y Memoria
Giotto



Apuntes para una Estética del Posimpresionismo Xª Parte

Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro

Toulouse-Lautrec frecuentó muchos lugares habituales para la bohemia de su época y también a sitios de diversión nocturna: circo y teatro. Y otros que eran entonces tenidos por tales como los prostíbulos y los cabarets. En el Moulin Rouge se acercó a personalidades  destacadas: cantantes, escritores y pintores y bailarinas.A la cantante Yvette Guilbert  Toulouse-Lautrec la retrató en más de una ocasión.

                                             

 




 
Yvette Guilbert  Toulouse-Lautrec






Oscar Wilde – Toulouse-Lautrec




Vincent van Gogh – Toulouse-Lautrec





Bailarinas del Moulin Rouge – Toulouse-Lautrec


Volcó magistralmente sus múltiples experiencias de la noche parisina en coloridos bocetos y singulares retratos plenos de comprensión por cada una de las personas y  de las peculiares circunstancias  que esas escenas pintaban.


                      
       La Goulue  





  La Goulue entrando en el Moulin Rouge

                         


Cuando Louise Weber (la Goulue) se retiró como bailarina del  can-can, fue sustituida por Jane Avril. Ambas fueron exhibidas en los afiches de publicidad del cabaret hechos por Toulouse-Lautrec.

                                                              
Jane Avril bailando - T.. Lautrec




Jane Avril  saliendo del Moulin Rouge - T.  Lautrec

                                           
                                              
El Museo Toulouse-Lautrec conserva muchas de sus copiosas obras: óleos, aguafuertes, litografías y carteles. Toulouse fue un artista prolífico que realizó también ilustraciones para algunos de los periódicos del París de su tiempo.




Museo Toulouse-Lautrec




Toulouse-Lautrec fue también modelo de sí mismo, escritor y poeta. Su azarosa vida hizo de él un protagonista de muchos libros y numerosas películas que lo mostraron como un ser atribulado por sus padecimientos, limitaciones físicas, sus enfermedades: adicción al alcohol  (que culminó en delirium tremens),  depresión y sífilis. Indudablemente fue un creador de arte, pero con tendencias que derivaron en acciones autodestructivas.




                                                          

Las vanguardias artísticas del siglo XX  (el cubismo, el expresionismo, el fauvismo, el surrealismo y el futurismo) mostraron gran coincidencia en los postulados del Posimpresionismo proclamados con obras, más que palabras por Cézanne, van Gogh, Gauguin y Toulouse-Lautrec.





Educación, Arte y Memoria

Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro

En la antigua Grecia la Educación variaba según el estado nacional. Así en Esparta era pública, mientras que en Atenas era privada. También difería especialmente según el grupo social de pertenencia.  Los trabajadores, integrantes de las clases menos favorecidas y más perjudicadas por la explotación de las privilegiadas, dependían de la educación informal, principalmente familiar.


Templo de Hefestos (Vulcano) – Atenas



Los comerciantes y aristócratas contaban con los que etimológicamente eran conductores de los niños y recibían el nombre de pedagogos. Estos eran personas a las que la mala fortuna propia y la ambición de otros les condujo a la esclavitud como botín de guerra. 



Pedagogo y discípulo



Las clases altas contaban, además con una  educación sistemática. La Academia y el Liceo son los mejores ejemplos. Primeramente esta formación era exclusiva de la nobleza. Luego, se extendió a los negociantes más exitosos.




La Escuela de Atenas - Rafael





Ellos al enriquecerse lograron hacerse del poder económico y buscaron además el dominio político, a través de la instrucción de sus hijos. Este ascenso fue posible por la aparición de un grupo de maestros en el arte de la persuasión: los sofistas.



 Protágoras  

                                            
                                     
Su mala fama histórica se debió a que fueron el motor de una lucha de clases. La aristocracia decadente no vio con buenos ojos a esos extranjeros que con una única arma: su elocuencia, ponían en marcha una revolución. El mayor defensor la nobleza ateniense fue Platón. También fue el principal detractor de esos metecos, devenidos en “sabios” advenedizos. No obstante, les admiraba. Pruebas de ello son muchos de sus diálogos, como  el Protágoras.




En su tratado sobre el gobierno perfecto: La República, Platón propone distinguir dos etapas en la educación. La primera dedicada a la Infancia y la Juventud abarcaría desde el nacimiento hasta los 20 años.




La enseñanza implicaría la preparación en Gimnasia, para fortalecer el cuerpo, haciéndolo de hierro; y Música (la parte principal de la Educación Artística) para vigorizar el espíritu áureo de un futuro guardián del Estado. Para Platón eso encaminaría a la armonía de la proporción, el equilibrio físico y la integración social.



Música



Gimnasia



En el Protágoras incluso estableció una diferencia entre el hombre que aprende Música para comerciar o para su propia cultura, como un ser libre y ser un buen ciudadano. Importa su consideración en relación con la memoria, que con el tiempo es el único componente del arte inmaterial. Este aspecto del Arte no estaría orientado al placer, al disfrute ni al goce estético. Se trataría de una Propedéutica, una introducción y preparación para alguna actividad más racional, en el futuro, cuando madurase.



Músicos atenienses



La segunda etapa, en la edad adulta (de los 20 a los 35 años abarcaría) el estudio de la Ciencia y la Metafísica, permitiendo el paso a un nivel superior, el del rey filósofo. Su máxima aspiración en una comunidad en que las mujeres y los niños serían compartidos. Platón clasificó a los hombres según el grado de verdad asociado a su actividad. Así, los trabajadores eran de hierro; los guardianes, de plata y los filósofos, de oro.




Mito de la caverna



El Arte (Texne) era  para Platón una forma de conocimiento. Pero no aprobaba por igual a todas las actividades artísticas. Censuró a la Poesía, por considerar que los poetas (etimológicamente: creativos) sólo decían mentiras. Esto podría vincularse con la acusación que ellos hicieron contra Sócrates. Tres fiscales lo llevaron a juicio y tras su ulterior condena, a la cárcel y a la muerte.



La muerte de Sócrates - J.L. David



En el Fedro, o de la Belleza, contó el mito del carro alado para explicar el conocimiento innato de algunas verdades eternas, que olvidaríamos con el trauma producido por la encarnación, el nacimiento, la caída y el paso por el Leteo (olvido).




El alma


La Educación (como anamnesis) debería recuperar, recordar, pues estarían conservadas en la memoria. En ese libro enunció la ley de Adrastea, prometiendo la liberación de la cadena de reencarnaciones, después de 10.000 años, por el Amor y la Filosofía.



Moiras (Parcas)hilando el destino



En el Parménides volvió sobre el tema del Arte, e introduce la noción de mímesis, considerando que las cosas bellas imitan a las Ideas y methexis, pues las obras de arte participan de las ideas.

Parménides de Elea 



                                              



Así las cosas, el Arte tan pronto puede perjudicar como favorecer como a la comunidad. La beneficia como instrumento de la Educación. Pero, cuando la daña, merece censura, pues el Arte es formador de hombres. En el siglo XX George Bernard Shaw dijo que la Educación Artística es la única manera de enseñar, fuera de la tortura. Esto mismo lo supieron y aplicaron los artistas y los represores, cada uno desde su lugar.








Giotto  (Cuartetos)


Texto:Prof. Graciela Sovrán Haro
Imagen: Prof. Elsa Sposaro

                   

      Caminos Dispersos – Giotto            


    


Dante – Giotto 
                      


Deleitoso el pintor en Vespignano,
Disfruta paseando en la campiña.
Él era ya un muy famoso toscano
Imbuido de la forma bizantina.

En Vicchio de Mugello, en verdes prados,
Dibujando su rebaño en una piedra,
Un niño de no más de doce años
Recreaba con genio las ovejas.

El maestro se asombra frente al niño,
Las imágenes que crea son reales.
Humanismo y sentimiento en el estilo,
Naturalismo precoz en las señales.

El nuevo renacer de la pintura,
Cenni di Pepo en el tiempo se adormece.
Su discípulo recrea con soltura
Las nuevas formas que aguerridas crecen.

El maestro es el toscano Cimabue,
El niño artista Giotto di Bondone;
Cimabue a Roma lo conduce.
Ambro Giotto: mago refundidor de los colores.



Giotto - Paolo Uccello



Cimabue - Vasari