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El arte de la esquina
Año XIII N° 182
15 de julio de 2020
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Picasso
SUMARIO
Tamara de Lempicka (María Gorska)
Tamara de Lempicka (Mara Gorska)
Autorretrato - Tamara de Lempicka
María Rosalia Gurwik Górska, conocida como Tamara de Lempicka, nació en Varsovia el 16 de mayo de 1898 en el seno de una rica familia de la clase alta. Vivió una infancia feliz hasta que sus padres se separaron. Entonces su abuela se hizo cargo de ella. Cuando tenía 10 años, retrató a su hermana. En 1911 viajó con su nueva cuidadora a Italia, donde descubrió que su gran pasión era el Arte.
Muchacha con guantes - Tamara de Lempicka
María Górska estudió en Suiza y pasaba las vacaciones con su familia rica de San Petesburgo. En una de sus estancias en esa ciudad rusa, conoció a un abogado, Tadeusz Lempicka, y se enamoró de él, al comenzar la Primera Guerra Mundial, que no afectó a la pareja que vivió algunos años en una luna de miel. Pero la Revolución Rusa truncó temporalmente la felicidad de la pareja.
Tadeusz Lempicka - Tamara de Lempicka
Los bolcheviques encarcelaron a Tadeusz Lempicka, pero la acción valiente de Tamara de Lempicka liberó a su esposo. Entonces la pareja huyó a París y fijó en esa ciudad su residencia. Allí nació Kizette, su única hija. La artista continuó estudiando y comenzó a ganar fama en la alta sociedad parisina por sus elegantes y glamorosos retratos.
Kizette en rosa - Tamara de Lempicka
En 1925, en una exposición de Art Decó, mostró su obra al gran público y de ese modo Tamara de Lempicka se forjó un nombre en el mundo de la Pintura. Sin embargo, su éxito profesional y artístico se oscureció a causa de su fracaso matrimonial, que en 1929 terminó en divorcio, que la alta sociedad no acabó de asimilar, en razón de prejuicios entonces ya perimidos.
Tamara de Lempicka
La Segunda Guerra Mundial al comenzar hizo que Tamara de Lempicka, su hija Kizette y Raoul Kuffner, la nueva pareja de la artista, se mudaran a los Estados Unidos de Norte América. Primero se instalaron en Beverly Hills, Los Ángeles, California, en la costa occidental y después se trasladara al este a la ciudad de Nueva York, donde además de pintar, se dedicó al interiorismo.
Kizette en el balcón - Tamara de Lempicka
Tamara de Lempicka en 1960 abandonó el Art Decó y comenzó a experimentar con otros estilos, como el Abstraccionismo. Pero este cambio no fue bien recibido por la crítica neoyorquina. A pesar de lo cual la artista continuó pintando, aunque a partir de entonces no volvió a tener el mismo éxito que había logrado durante sus años en París.
En busca de la Modernidad perdida - Tamara de Lempicka
En el año 1962 Raoul Kuffner falleció y años más tarde, en 1966, el Museo de las Artes Decorativas de París organizó una exhibición conmemorativa del Arte en los años 20. Poco tiempo después, la Galería de Luxemburgo, organizó una muestra retrospectiva de Tamara de Lempicka. Así la pintora paradigmática del Art Decó fue redescubierta.
Raoul Kuffner
A los 80 años, Tamara de Lempicka se trasladó a México, para vivir allí, junto a su hija. Dos años después, mientras dormía, su vida se apagó, el 18 de marzo de 1980. Kizette, siguiendo los deseos expresos de su madre, procedió a esparcir las cenizas de la pintora de origen polaco, sobre el volcán Popocatepetl (El Cerro que humea).
Volcán Popocatepetl
Primer Matrimonio Homosexual
Marcela Gracias Ibeas y Elisa Sánchez Loriga
En la Edad Contemporánea el que la prensa designó matrimonio sin hombre señaló fue considerado como el primer matrimonio homosexual datado en Galicia. El enlace religioso lésbico fue etiquetado matrimonio sin hombre, por prejuicios discriminatorios homofóbicos. Sucedió en el año 1901 y sus protagonistas fueron Marcela Gracias Ibeas y Elisa Sánchez Loriga.
El filólogo de portugués y gallego Carlos Manuel Callón Torres estudió el tratamiento y entendimiento de la homosexualidad durante la Edad Media. Así fue que halló la pareja que consideró como el primer matrimonio homosexual datado en Galicia. El caso de Pedro Díaz y Muño Vandilaz, dos varones cuyo enlace tuvo lugar en Rairiz de Veiga, Ourense, en el año 1061.
Torre da Sainza Rairiz de Veiga. Enlace de dos varones
A diferencia del caso contemporáneo, ninguno de ellos fingió ser una persona de otro género. Carlos Callón, quien estudió el tratamiento y entendimiento de la homosexualidad durante la Edad Media y Pablo Santiago reseñó la obra de ese filólogo y habló de la pareja de varones, como del primer matrimonio homosexual datado en Galicia.
Carlos Manuel Callón Torres sostuvo que la homofobia, como se la conoció en la Modernidad, no existía antes del siglo XI. Además, la Iglesia no fue la primera en condenar la sodomía, sino los poderes civiles, empleando argumentos religiosos. El historiador John Boswell, en 1980 investigó la tolerancia cristiana y paleocristiana a la homosexualidad, desde la Roma imperial hasta la Alta Edad Media, concordó en ello.
Carlos Manuel Callón Torres
Lo que en la Antigüedad despertaba animadversión era, no tanto el homoerotismo, sino la confusión de género. El afeminamiento o la pasividad en los varones, especialmente que asumieran un papel receptivo durante sus prácticas sexuales, considerado indigno por creerlo propio de las mujeres, género denominado sexo débil o bello sexo.
La creencia de que los hombres con relaciones sexuales con otros son afeminados se consolidó en la Modernidad, cuando se intentó definir y controlar la sexualidad y transformó las prácticas sodomíticas pecaminosas aisladas, en una parte inseparable de una identidad homosexual asociada a la feminidad y al hermafroditismo psíquico, la inversión del género.
Enlace de dos varones. Adelphopoiesis
En las iglesias cristianas durante el Medioevo, especialmente del Mediterráneo oriental se realizaban enlaces de hermandad, una boda de semejanza, un rito habitual entre varones (menos frecuentemente, aunque posible, entre mujeres). La unión entre Pedro y Muño no se trató de un matrimonio, sino de una adelphopoiesis.
John Boswell publicó una obra sobre ese tipo de bodas. Estos cónyuges a través de la liturgia, legitimaban el parentesco ficticio que les unía. Los contrayentes no adquirían compromisos sexuales, al menos explícitos, como sucedía con los matrimonios bostonianos del siglo XIX. En base a ello, podrían tildarse únicamente de amigos (o amigas).
Henry James describió en su novela Las bostonianas un tipo de relación que se empezó a ver frecuentemente en las clases altas de Estados Unidos en el siglo XIX (cien años antes en Inglaterra). En la sociedad decimonónica dos amigas íntimas vivían juntas y se cuidaban con la devoción que entonces se esperaba de una mujer por su esposo.
David Mamet escribió la obra Boston Marriage (Matrimonio de Boston). El autor usó ese título apuntando a Henry James y su novela Las bostonianas, y como eufemismo con el que se designaba, a una pareja de mujeres lesbianas. Esta comedia estudió con humor e inteligencia los problemas de poder y clase, amor y obsesión en relación con tres mujeres, sin centrarse en la homosexualidad, sino en la crueldad disimulada y los deseos.
John Boswell, a través de Mauricio List Reyes, recordó que, en la Roma cristiana, los límites entre la amistad y el amor romántico eran más difusos e incluso en el Antiguo Testamento. Además, los mártires Sergio y Baco o San Agustín narraron intensos amores entre amigos del mismo género. Los cónyuges de una boda de semejanza solían ser enterrados juntos.
Pedro y Muño fueron amantes. Aun llamándoles de otro modo, la institución del enlace de hermandad, al regular la convivencia entre dos varones que deseaban compartir sus futuros, hacía desaparecer las restricciones y controles que limitaban su potencial acceso homoerótico mutuo. La existencia de vínculos homosexuales era conocida en la época y los hombres estaban legitimados para convivir.
Mauricio List Reyes. Mártires Sergio y Baco. San Agustín
En el caso de Muño y Pedro, recogido por Carlos Callón y reseñado por el periodista Pablo Santiago García, las obligaciones y los derechos contraídos por la adelphopoiesis equivalían a los del matrimonio entre mujeres y varones, obviando las obligaciones de alcoba. Los dos amigos se comprometían a compartir sus bienes, a trabajar y cuidar del hogar por igual, a heredarse y a mantener las mismas amistades y enemistades.
Los retratos de Elisa y Marcela, Mauricio List Reyes, Helena de Céspedes, Muño y Pedro tienen en común, biografías afectadas por normas y discursos que limitaron sus vivencias amatorias. Pero, hablaron de personas, instituciones y relaciones sociales que, de formas originales y creativas, lucharon para acceder a un derecho: vivir su vida sentimental, pasional, erótica, según sus preferencias.
Alicia - Pablo Santiago García. Helena de Céspedes – Ria Brodell
Teresa de Forcades y Vila, la médica, teóloga y monja catalana, de excelente reputación por su actuación política, a pesar de las presiones e imposiciones de los contextos históricos, recordó la mínima capacidad de maniobra de los humanos, que les ha permitido actuar, cuando encontraron apoyo, aunque sólo haya sido en alguna otra persona que los haya amado.
Tanto Catalina de Erauso Pérez Galarraga, la monja alférez vasca como la monja Fernanda Fernández, considerada la primera y persona intersexual registrada en España, fueron mucho más afortunadas al mantener su identidad femenina, que aquellas que consintieron proseguir su vida como varones, y cambiar se género.
En el caso de Eleno de Céspedes, la automutilación a la que sometió a sus propios genitales (masculinos) y la disimulación forzada de las mamas y otros caracteres sexuales secundarios, podría ser un indicador de que ella no se hallaba cómoda en su condición de mujer y que probablemente Helena de Céspedes era un transexual masculino.
El Caballo
La cultura celta se asentó en el occidente de Europa, teniendo un conocimiento profundo del mundo, que se transmitía a cada nueva generación a través de sus sabios: los druidas. Ellos tenían las funciones religiosas, curativas, sanadoras y mágicas. Pero también se encargaban de la conservación de los secretos de la naturaleza.
Después de observar detenida y cuidadosamente el mundo, supusieron que las personas nacidas en una determinada época del año compartían cualidades y características físicas. Estas conclusiones las proyectaron en su calendario de 13 meses, por el número de fases lunares durante el año solar. Este pueblo asoció el poder del satélite natural de la tierra con la magia de la vida que expresaron en su Ogam.
El horóscopo celta no se compone de 12 sino 13 signos zodiacales, que fueron representados simbólicamente por vegetales, principalmente árboles, y también por animales: aves, peces e insectos. Seres vivos del aire, el agua y la tierra compartieron el mismo espacio de tiempo y confirieron sus características a los humanos nacidos en el mes lunar que ellos patrocinaban.
El signo del Caballo abarca desde el 8 de julio hasta el 4 de agosto y en el Calendario Arbóreo Celta corresponde al Acebo. Las personas nativas bajo su auspicio son exuberantes, expansivas y potentes. Además son naturalmente competitivas. Tienen talento y confianza suficiente para todo el año, sobre todo en asuntos de negocios.
La gente del signo del Caballo tiene un sexto sentido, cuando se trata de la estrategia y la navegación, pues lleva una brújula interna. Es gregario, encantador y coqueto. Hace apariciones espectaculares y sabe mostrarse a sí mismo con estilo y autoridad. En posiciones de liderazgo es bueno. Pero incluso es feliz como ayudante del clan, siempre que se le dé un reconocimiento adecuado. Potencialmente es testarudo y valiente en la adversidad.
La gente del signo del Caballo tiene una personalidad excepcional. No puede evitar llamar la atención. Y mucha gente se fija en su nobleza, mientras el equino nativo disfruta al ser adorado. Todos merecen disfrutar de su brillantez. La frase: Los caballos salvajes no pueden mantenerme alejado, se aplica al animal y al nacido bajo su patrocinio. La opinión pública y el estatus son importantes para él, pues le encanta ser el centro de atención.
La persona de este signo parece destinada para estar en una posición de autoridad. Es una conductora nata. La resolución de problemas es fácil para ella. Es una maestra en la acción. Donde otros hallarían un problema, el Caballo no lo encuentra y toma medidas, incluso equivocadas, para atravesar cualquier obstáculo, para poder decir: Vi el desafío, lo enfrenté e hice algo al respecto.
Algunos de los atributos más característicos del Signo del Zodíaco Céltico del Caballo Silvestre son ser: afectuoso, ambicioso, confiado, creativo, desafiante, expresivo, extravagante, generoso, impresionante, influyente, inteligente, orgulloso, orientado a la acción y seguro de sí mismo.
El nativo del signo zodiacal celta del Caballo, como su animal emblemático tiende a mantenerte físicamente en forma, no necesariamente por los beneficios para su salud sino por presentarse visual y estéticamente hermoso. A menudo se inclina por los deportes y el entrenamiento del cuerpo en forma probablemente sobresaliente, pues esas actividades muestran sus aptitudes.
Algunos creen en una imagen egoísta de ese signo. El Caballo nativo está seguro de ser el mejor, pero debajo de su arrogancia hay un corazón tierno y bondadoso. Tiene una gran capacidad amorosa y sensible. Tal vez lo cubra con jactancia y seriedad, pero el sentimiento está. Además puede ser juguetón, cariñoso y afectuoso en las circunstancias adecuadas.
Al igual que el Caballo, la persona de ese signo zodiacal tiene un don innato para el trabajo en equipo. La historia del equino lo muestra. Comienza salvaje y sin reglas. Con el tiempo, el hombre aprendió a adaptarlo a sus necesidades. Así fue que lo domó (domesticó) y lo asoció a sus tareas: el transporte, la agricultura, la guerra y la civilización. Nada de la cultura actual sería lo que es, sin la colaboración del equino.
El Caballo es el jefe en cualquier proyecto que requiera una acción en equipo. El nativo de ese signo tiene un sexto sentido, cuando se trata de congeniar con la gente. La asociación entre ellos es fácil de conseguir, especialmente al reconocer que una colaboración puede servir para su causa. Es desenfrenado y de espíritu libre. No le gusta que nadie lo ate. Busca su camino. Ni le sirven las reglas. Más bien, él hace sus propias normas.
El Caballo ha sido como un titán y una poderosa fuerza de la naturaleza marcando la senda. El nativo de ese signo hace movimientos audaces que suelen ser muy beneficiosos para su familia y la comunidad. Tiene mucho para enorgullecerse. Ya sea suyo el mérito por el resultado logrado, o no. Es vital un enfoque positivo y saludable en su vida. Simplemente debe tener elogios. Algo que le demuestre que es dinámico y maravilloso.
Los nacidos bajo el signo celta del Caballo son gobernados por el fuego. Eso destaca su personalidad. Ese elemento simboliza la pasión, el entusiasmo y la inspiración. Él también es altamente combustible, y el nativo equino puede serlo. Alguno tiene un gran temperamento. Pero eso es sólo una manifestación de su fuerte voluntad y s caballo celta su pasión.
El signo del Caballo está gobernado por el Sol. El astro simboliza la energía, la acción y la vitalidad. Él es el dador de vida del zodíaco. Su entusiasmo y carisma son contagiosos. Muy a menudo su luz brilla en espacios oscuros. Eso significa que anima a las personas, los proyectos y las situaciones que de otra manera podrían morir. Esto lo hace con dedicación, poder y energía.
El Fuego
En la mitología celta el Caballo es un animal digno de adoración. Fue admirado por su belleza, fuerza, resistencia y por su papel en el avance de la cultura. Las incursiones y las batallas se convirtieron en un nuevo juego, cuando los celtas incorporaron al equino en sus clanes. Como resultado de su asociación, fue adorado porque les permitió moverse y ganar territorio. Al nativo le encanta la conquista y ama la libertad..
Epona es la diosa celta de los caballos y es su sinónimo. El mito habla de ella y la manada de que ayudaba a los guerreros en la batalla. También se la conoce por acompañarlos con equinos al otro mundo, a los reinos de los espíritus. Lo hípico simboliza la potencia, la habilidad, la inteligencia y el logro. Por derecho y asociación el nativo posee esas mismas cualidades.
Los nacidos entre el 8 de julio y el 4 de agosto están bajo la protección del signo celta del Caballo. Él es audaz, extravagante y digno de ser contemplado. Bajo sus lazos y abalorios es dinámico e inspirador. Su reto es dejar que otros lo vean. Es adorable. No tiene necesidad de esforzarse para probarse a sí mismo. La mayoría ya conoce su coraje, intelecto y generosidad. Cuando muestra su interior, sorprende lo que realmente es.
