El arte de la esquina
Año XIII N° 160
1 de setiembre de 2019
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Mujer durmiendo
SUMARIO
El Expresionismo en la Narrativa
Hornero
El Expresionismo en la Narrativa
Las condiciones económicas, políticas y sociales que hicieron posible el surgimiento del Expresionismo en la Pintura como una de las Primeras Vanguardias Artísticas del siglo XX, también produjeron efectos en otras artes y se caracterizaron igualmente por su pesimismo, enmarcado por una escena dramática en la que se desarrollaba una tragedia interior.
La Narrativa Expresionista supuso una profunda renovación con respecto a la prosa tradicional, tanto en los temas como en los estilos. Ellos en sus obras lograron grandes aportes al desarrollo y transformación de la novela moderna alemana en especial y europea en general. Los autores expresionistas buscaron captar y mostrar la realidad, la evolución social y cultural de la era industrial.
Por esa razón los escritores se opusieron al encadenamiento argumental, a la sucesión y continuidad del espacio y del tiempo y la relación causa y efecto, propios del realismo positivista. Pero apelaron a la simultaneidad, destruyendo la sucesión cronológica y la lógica discursiva. Su estilo sólo mostró, no explicó. El autor fue un mero observador de la acción. Los personajes evolucionaban autónomamente.
Albert Ehrenstein – Oskar Kokoschka
En la prosa expresionista destacó la realidad interior, la visión del protagonista, haciendo un análisis psicológico y existencial. Allí los personajes se planteaban su situación en el mundo y su identidad. Su alienación les provocaba desórdenes conductuales. Esta visión se plasmó en un lenguaje elíptico y sintácticamente alterado.
Alfred Döblin
Viaje a Polonia
En la prosa expresionista florecieron dos corrientes literarias fundamentales. Una fue reflexiva y experimental, abstracta y subjetiva. Las palabras de Carl Einstein y Albert Ehrenstein la represetaron. La otra tendencia naturalista y objetiva fue desarrollada en sus obras por los escritores Alfred Döblin y Georg Heym.
Georg Heym
Franz Kafka fue un autor aparte, pues su obra personalísima resultó inclasificable. Sus expresó en sus escritos lo absurdo de la existencia. Sus novelas: La metamorfosis (Die Verwandlung), El proceso (Der Prozess), El castillo (Das Schloss) y El desaparecido (Der Verschollene) mediante parábolas mostraron la soledad, desorientación y alienación del hombre moderno en la sociedad urbana industrial.
El autor patentiza que el destino del hombre es regido por poderes desconocidos, que le generan inseguridad y desesperación. Frente a ellos se lo ve impotente. Su estilo discontinuo y laberíntico es ilógico con huecos que cada lector debe rellenar. Esto se mostró en las obras de Kafka como: La condena, La colonia penitenciaria, América, Ante la Ley y Un artista del hambre.
El Expresionismo literario tuvo representantes individuales muy importantes también en España, aunque no llegaron a constituir grupos organizados. Entre los más destacados se contó el múltiple artista grabador José Romano Gutiérrez Solana, quien como pintor fue el creador de muchas obras de ese estilo como Los Payasos y Las Coristas; y como autor produjo La España negra.
Los Payasos - Gutiérrez Solana
Las Coristas - Gutiérrez Solana
El escritor modernista gallego Ramón María del Valle Inclán, caricaturizado en el Madrid Cómico por el ilustrador Francisco Ramón Cilla y Pérez y retratado posteriormente por el pintor fovista Juan de Echavarría, también pudo ser considerado expresionista por su creación del esperpento presente en sus novelas Tirano Banderas y la trilogía El ruedo ibérico.
Ramón María del Valle Inclán - Cilla
Ramón María del Valle Inclán – Juan de Echavarría
El esquema tríptico de El ruedo ibérico incluye en su primera serie Los amenes de un reinado:
La corte de los milagros (1927)
¡Viva mi dueño! (1928)
Baza de espadas. Vísperas septembrinas
La segunda serie: El ruedo ibérico. Aleluyas de la Gloriosa: sin concretar, quedó en el proyecto que incluiría: España con honra, Trono en ferias y Fueros y cantones.
La tercera serie: El ruedo ibérico. La Restauración borbónica , también sin concretar, quedó en el proyecto que hubiese incluido: Los salones alfonsinos, Dios, Patria y Rey y Los campos de Cuba.
Este Expresionismo tuvo derivaciones ulteriores que, mezcladas con un cierto naturalismo, se encontraron luego (en la posguerra) en el movimiento Tremendista, a partir de 1942 con la publicación de una de las obras maestras del gallego ganador de muchos Premios (Cervantes, Príncipe de Asturias y Nóbel) Camilo José Cela La familia de Pascual Duarte.
Camilo J. Cela
Hornero
Profesora Graciela Sovrán Haro
Hornero
¡Cómo pasa ligerito
Corriendo con paso firme!
Por el camino lo sigo
Hasta que no se distingue.
Lugones le dio la fama
De arquitecto muy insigne.
Moneda
La Casita del Hornero
Leopoldo Lugones
Leopoldo Lugones
La casita del hornero
tiene alcoba y tiene sala.
En la alcoba la hembra instala
justamente el nido entero.
En la sala, muy orondo,
el padre guarda la puerta,
con su camisa entreabierta
sobre su pecho redondo.
Elige como un artista
el gajo de un sauce añoso
o en el poste rumoroso
se vuelve telegrafista.
Allá, si el barro está blando,
canta su gozo sincero,
yo quisiera ser hornero
y hacer mi choza cantando.
Así le sale bien todo,
y así, en su honrado desvelo,
trabaja mirando al cielo
en el agua de su lodo.
La trabaja en paja y barro,
lindamente la trabaja,
que en el barro y en la paja
es arquitecto bizarro.
La casita del hornero
tiene alcoba y tiene sala.
En la alcoba la hembra instala
justamente el nido entero.
Concluyó el hornero su horno
y con el último toque
le deja áspero el revoque
contra frío y el bochorno.
Y cuando acaba jovial
de arreglarla a su deseo
le pone con un gorjeo
la vajilla de cristal.
Horneros
Milonga del Hornero
María Elena Walsh
María Elena Walsh
Pasto verde, pasto seco
en San Antonio de Areco.
El hornero don Perico
hace barro con el pico.
Pasa un gorrión y saluda:
– ¿no necesitan ayuda?
–No precisamos ladrones,
le contestan los pichones.
Cuando el nido está acabado
dan un baile con asado.
Doña Perica la hornera
baila zamba y chacarera.
Vuelve el gorrión atorrante
vestido de vigilante.
Haciéndose el distraído
roba miguitas del nido.
– ¡Papa!, gritan los pichones
– ¡han entrado los ladrones!
Don Perico ve al gorrión
y lo obliga a ser peón.
Doña Perica lo llama
y lo toma de mucama.
Los pichones, de niñera
que les dé la mamadera.
El gorrión lava y cocina,
barre, plancha, cose y trina.
Miren, miren qué primor,
un ladrón trabajador.
Hornero
Nido de Hornero
Juan Burghi
A ese obrero-poeta del espacio.
Quién le enseñó tan sabia geometría,
las leyes de equilibrio y de armonía
para labrar su espléndido palacio?…
Sólo su instinto le sirvió de guía;
y entre el follaje de verdor topacio
lo encargó tan seguro que, al reacio
vendaval, su firmeza desafía.
Cada aporte que hace para el nido,
como gozoso del deber cumplido
en su timbal de plata da el hornero…
Y armonizando el canto con la obra,
en alegrías sus fatigas cobra:
trabajador y artista verdadero.
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