miércoles, 16 de agosto de 2017

El arte de la esquina

Boletín Nº 122 - Año XI
Agosto de 2017




Niños durmiendo en la calle - Héctor de los Reyes

SUMARIO

Regesto de una Estética de finales del siglo XIX
Día del niño
Mantegna



Regesto de una Estética de finales del siglo XIX

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro


La Revolución Francesa bajo la modalidad productiva consolidó (en tan solo un siglo) lo que se considera como la Era Industrial, que trajo la sobrexplotación de los trabajadores, el hacinamiento en las ciudades y condiciones de vida infrahumanas. El imperio del Capital fue acompañado por una generalización de disvalores estéticos.





Federico Engels en su obra Situación de la clase obrera en Londres afirma que las ciudades están mal construidas y son casi totalmente barrios obreros llenos de humo, interrumpidos por fábricas y algunas calles distinguidas donde están las casas de los capitalistas burgueses, mientras que los trabajadores viven en sótanos, habitáculos subterráneos inhabitables.


Federico Engels





Por su parte, Flora Tristán, la activista socialista y feminista, en Paseos por Londres describe la ciudad con tres zonas diferentes: la City, el West End y los barrios periféricos. El casco antiguo conserva un gran número de calles estrechas, mal alineadas, mal edificadas y con las orillas del Támesis abarrotadas de casas.


Flora Tristán

 


Barrio obrero londinense



Como complemento de la descripción de la ciudad industrial se suma a las anteriores, lo que Charles Dickens anotó:  sus denuncias a la sociedad capitalista (especialmente en relación con los más vulnerados por ella) no solo en Historia de dos ciudades, sino también en sus Tiempos Difíciles:







 “Era una ciudad de ladrillos colorados, o más bien de ladrillos que habrían sido colorados, si el humo y las cenizas lo hubiesen permitido; pero tal como estaba, era una ciudad de un rojo y de un negro poco natural, como el pintado rostro de un salvaje. Era una ciudad de máquinas y de altas chimeneas, de donde salían sin descanso interminables serpientes de humareda, que se deslizaban por la atmósfera sin desenroscarse nunca del todo.”




Charles Dickens



Se impuso a fines del siglo XIX el materialismo, bajo la forma de utilitarismo. Ante la fealdad que el sistema aportó al Viejo Mundo se generó una respuesta reactiva: el Esteticismo, que confería autonomía al Arte. La Belleza podía fijar sus propias normas. Esta modalidad fue expresada muy sintéticamente por Teófilo Gautier en el lema: “el Arte por el Arte”. Fue un artista integral que supo utilizar distintos lenguajes.




Retrato de P. J. T. Gautier - Chassériau



En su modalidad más extrema se consideró como una Religión Estética. Según ella el artista debía aislarse de la sociedad para hallar por sí solo la inspiración. En el recorrido de su búsqueda tendría únicamente a la Belleza como un indicador que le sirviera de guía y referencia en el camino, como una estrella o un faro para el viajero en el mar.
  



 S. Mallarmé – Gauguin



Mallarmé, considerado por algunos críticos como uno de los poetas malditos, más por su experimentación con drogas, que por sus escritos, fue también un sostenedor del Esteticismo. En él culminó Simbolismo, pues lo superó. Su Preludio a la siesta de un fauno sirvió a Debussy para la composición de su célebre poema sinfónico y a Nijinsky para transformarlo en un poema coreográfico.



Nuréyev – El Fauno



Wilhelm Dilthey desde la multiplicidad de sus actividades profesionales (Filosofía, Psicología, Sociología y Hermenéutica)  logró integrar el Arte y la vida en una elaboración teórica. Ahondó en las Ciencias del Espíritu y anticipó, desde  el ocaso del siglo XIX a las Vanguardias del XX. Ya entonces el Arte se estaba separando de lo académico y al mismo tiempo recurría a la participación del público, que le confiere importancia a la obra de un artista.



Wilhelm Dilthey



Supuso un cambio social en la interpretación de la realidad que era responsable en la producción de una anarquía del gusto. Esto sólo sería transitorio. Su carácter efímero obligaría a encontrar una sana relación entre el pensamiento estético y el Arte. Presentó a las Ciencias del Espíritu como las encargadas de salvar al Arte. Así, por ejemplo la Psicología sería la encargada de interpretar la fantasía que motoriza la creación artística.Consideró  a la Poesía como la expresión de la vida, como vivencia (Erlebnis). La función de la creación artística es la de intensificar la visión del mundo exterior para mostrarlo como un todo lleno de sentido.



  



Aún en el Continente, Georg Simmel formuló una teoría de la Modernidad que sociológicamente confería un rol  destacado al arte. Analizó la evolución cultural desde una perspectiva de corte marxista aunque matizada por un vitalismo. Creyó hallar en la evolución del espíritu humano una creación constante de formas culturales. Éstas una vez creadas producen objetivamente otras de naturaleza autónoma tendientes a perdurar.







El alma subjetiva y el producto objetivo hacen que la cultura, según este autor, muestre una estructura dual. Aquí responde a la división Kantiana entre noúmeno y fenómeno, que considera presente en el Arte vanguardista y lo tornaba incoherente y fragmentario. Pensó que las Metrópolis siempre se asentaban sobre una economía monetaria.






En las Islas, los esteticistas del Reino Unido también partieron de los preceptos que Kant estableciera en Observaciones sobre el sentimiento de lo Bello y lo Sublime.  Allí, aunque muy amenamente trató otros temas, especialmente declaró que las normas estéticas pueden permanecer separadas de la moralidad, la utilidad y del placer.







John Ruskin, bien conocido como crítico de Arte, artista y sociólogo. Redactó en tres tomos Las siete lámparas de la Arquitectura, considerando que ellas eran: el sacrificio, la verdad, el poder, la belleza, la vida, la memoria y la humildad y la obediencia. Luego publicó Las piedras de Venecia.



John Ruskin



En este libro hace una severa acusación a la sociedad industrial, pues considera que ella es responsable de haber destruido la Belleza y vulgarizado el Arte. Y más grave aún es su reclamo por la degradación de la clase trabajadora, que une al reclamo de la recuperación de la función social del Arte.





Esta idea está presente en El Arte del Pueblo, donde además exige que el Arte sea hecho por  el pueblo y para el pueblo. Para ello se requiere un cambio en la Economía y la Sociedad.  Este criterio ya lo había puesto de manifiesto en trabajos anteriores, como Unto this last  y fue reiterado en Sésamo y lirios.



Bellinzona – Ruskin



En todos ellos, según insiste Ruskin: todo lo bello se origina en lo bueno. El Arte es para él un lenguaje expresivo cuya función es la de edificar al observador. Por su cuantía se valorará al artista y al Arte. La Belleza se apreciará como un producto de lo puro y bueno. De esta condición dependerá que un artista llegue finalmente a ser importante.


Walter Horacio Pater, también historiador de Arte e inglés,  arrancó del supuesto de que la idea de Belleza es relativa. Consideró los efectos que la obra de arte producía sobre el público. Para ello  analizó como crítico de Arte distintas impresiones. Su conclusión fue que la sensibilidad es progresivamente afinada. Las Artes aportan a la existencia una cualidad sublime. Y todas ellas aspiran a la condición de la Música, que no es material sino totalmente formal y apela sólo al sonido en la memoria.




Walter Horacio Pater



Uno de los esteticistas más conocidos es el escritor irlandés Oscar Wilde. Pará él sus referentes ideológicos fueron Ruskin y Pater. Sobre esos principios fundó no sólo sus obras, sino su vida toda. Para él las Artes son a la vez lo  que muestran en lo superficial y también lo que se oculta en lo simbólico. Así es que llegó a afirmar que aquellos que van por debajo de la superficie lo hacen bajo su propio riesgo. Consideró que el Arte es más bien inútil. Políticamente era un sostenedor del anarquismo filosófico, que expuso en su ensayo El alma del hombre bajo el socialismo.




Oscar Wilde



William Morris fue como un hombre del Renacimiento: un pensador político y un artista múltiple. Se desempeñó en muchas de las actividades productivas (poéticas) atendiendo a un criterio funcional.  Con esta premisa fundó el movimiento con el cual se consagró mundialmente: Arts & Crafts, que integró las Bellas Artes y las Artes Decorativas.




William Morris




Si bien Morris sostuvo en sus obras, tanto en Escritos estéticos como en Los fines del Arte, que el Arte debía ser utilitario, nunca lo vinculó a las formas de producción capitalistas, ni a su modalidad  técnica industrial.  Su idea estaba más cercana a la forma  medieval de producción precapitalista, pues rescataba de ella sus  notas más características: la corporación y la cooperación.  Esta preferencia se patentiza en sus creaciones plásticas, como en su óleo: La bella Isolda (Jane Burden, su esposa, le sirvió como modelo para la reina Ginebra) y en El Manifiesto.




La bella Isolda - W. Morris 


Día del niño

Niño silvestre

Letra: Joan Manuel Serrat
Imagen: Elsa Sposaro





Hijo del cerro 
presagio de mala muerte, 
niño silvestre 
que acechando la acera viene y va. 

Niño de nadie 
que buscándose la vida 
desluce la avenida 
y le da mala fama a la ciudad. 

Recién nacido 
con la inocencia amputada 
que en la manada 
redime su pecado de existir. 

Niño sin niño 
indefenso y asustado 
que aprende a fuerza de palos 
como las bestias a sobrevivir. 

Niño silvestre 
lustrabotas y ratero 
se vende a piezas o entero, 
como onza de chocolate. 

Ronda la calle 
mientras el día la ronde 
que por la noche se esconde 
para que no le maten. 


Y si la suerte 
por llamarlo de algún modo, 
ahuyenta al lobo, 
y le alarga la vida un poco más. 

Si el pegamento 
no le pudre los pulmones, 
si escapa de los matones, 
si sobrevive al látigo, quizás 

llegue hasta viejo 
entre cárceles y 'fierros' 
sembrando el cerro 
de más niños silvestres, al azar. 

y cualquier noche 
en un trabajo de limpieza 
le vuele la cabeza 
a alguno de ellos, sin pestañear. 

Niño silvestre 
lustrabotas y ratero 
se vende a piezas o entero, 
como onza de chocolate. 

Ronda la calle 
mientras el día la ronde 
que por la noche se esconde 
para que no le maten.

         
Joan Manuel Serrat
         







Mantegna Cuartetos

Texto: 
Graciela Sovrán Haro
Imagen: Elsa Sposaro


Techo de la cámara de los esposos – Mantegna


Capacidad elogiable del artista
Que sabe retratar a los esposos
De modo magistral en su prestancia.
Sabemos que los dos eran fibrosos.

En el grupo familiar sosiego alcanzan.
Con los niños comparten la velada.
Parientes, cortesanos, los rodean.
Vibra el impacto de la vida retratada.

Andrea Mantegna es un virtuoso.
En sus cuerpos el color siempre palpita.
Gestos pausados, rostros impávidos,
A la familia Gonzaga resucita.


Familia Gonzaga - Mantegna



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