lunes, 3 de mayo de 2010

El arte de la esquina


Boletín Mensual Nº 34 – Año 3


Mayo 2010


                                                                Boucher - Leda y el cisne


SUMARIO

La Estética del Rococó (primera parte)

La casa de Asterión



La Estética del Rococó (primera parte)

Lic. Alicia Grela Vázquez

La evolución de la Estética muestra un avance desde la oscuridad del Barroco hacia un estilo más luminoso, individual, hedonista e independiente, cuyas etapas marcan los reinados de los Luises.


Luis XIV


Luis XV


Luis XVI


Este período arranca apartándose de Luis XIV . Deja el poder absoluto y central del Rey Sol. La nobleza va a París y se aloja en hoteles señoriales lejos de Versalles,  del arte oficial ostentoso y rígido.

Luis XV crea su propio estilo de transición al Rococó. Este movimiento nace en Francia en 1730 y se desarrolla por cuarenta años (hasta 1770 en los albores de la Revolución Francesa).

El éxito de las excavaciones arqueológicas de Herculano y Pompeya y la posterior difusión de sus resultados extienden el interés por lo clásico y crean "el gusto a la griega", que con luis XVI cristaliza en Neoclasicismo.


Herculano - Casa de la Gema



Herculano - Mosaico de Neptuno y Anfitrite



Ruinas de Pompeya


Lo exótico es otro rasgo del Rococó. Así  la cultura grecorromana se suma la de China. Esta produce objetos de porcelana y vajilla, principalmente. Cuando la Alquimia europea descubre el proceso de fabricación, se comienza la elaboración de elementos ornamentales con este material, de origen doméstico. El Rococó es utilizado principalmente en el interior de las casas burguesas modernas.

El "estilo del gusto moderno", al ser despreciado por los neoclásicos, recibe el nombre despectivo de ROCOCÓ. El término derogatorio parece provenir de "rocalle" (piedra) y "coquille" (valva marina), dado que en los primeros diseños de la escuela aparecen estos objetos u otros similares inspirados en ellos.

Otra interpretación, también con intención claramente peyorativa de su etimología, la vincula con la ornamentación barroca de los jardines reales.



Jardín de Versalles


El Rococó expresa la vida social y económica de su tiempo. Este estilo se adapta a los burgueses en ascenso y a la aristocracia acomodaticia a los nuevos aires.

El Arte sale del ámbito exclusivo de los templos y palacios que el Barroco destina a quienes ejercen el oder absoluto, político o religioso (el Rey y la Iglesia).

Lo que el Rococó ofrece está al servicio de lo festivo, la comodidad y el lujo. Así lo propone el nuevo estilo de vida.

Socialmente se aprecia un cambio en el rol femenino.La mujer organiza reuniones no sólo sociales, sino también político-literarias.

Se inicia el moderno mercado de Arte, más próximo al contemporáneo. En Francia tiene como precursor a Simon Philippenis Poirier. Pero su mayor difusora es la marquesa de Pompadur (Jeanne-Antoinette Poisson), asesorada por François Boucher y Quenín de la Tour.


Boucher - Marquesa de Pompadour




Quentin de la Tour - Marquesa de Chatelet


De Francia pasa a Italia con François de Cuvillies y Nicholas Pineau, Alemania, Austria, Bohemia y Rusia. En Italia el estilo tardo barroco evoluciona al Rococó con Francesco Borromini y Guarino Guarini


                
                                                        Cuvillies  -  Teatro



                
                                             Nicholas Pineau -  Hotel de Varengeville



                         
                                 Guarino Guarini, cúpula da capilla del Sto Sudario, Turín




En Alemania se fusiona con el Barroco germánico. Su exponente es Juste-Aurèle Meissonier.



                                 
                                             Juste-Aurèle Meissonier - Sopera de plata



                                     
                                               Juste-Aurèle Meissonier - Panel con valva


En Inglaterra se lo considera como "el gusto francés por el Arte". Allí Hogarth crea una teoría estética del Rococó en su "Análisis de la belleza".


   
                                                                 Hogarth - Autorretrato




                          
                                                    Hogarth - Matrimonio a la moda


Thomas Chippendale transforma el mobiliario según las curvas que el Rococó impone, aunque menos ampulosas que en su lugar de origen. Pero es Thomas Johnson el principal representante del Rococó inglés.Pese a sus variantes locales, esencialmente designa el estilo en arte que se caracteriza por su absoluta libertad e irregularidad rítmica. El diseño artístico que lo caracteriza son las curvas retorcidas.



                                                          Chippendale -  window seat


Históricamente aparece como una de las derivaciones del arte barroco que sigue los caprichos de la imaginación individual y se complace en las líneas curvas y quebradas.

El patetismo del Barroco se modera. Impera "el buen gusto" pues el Rococó es una revolución amable y gentil contra el antiguo régimen.




La casa de Asterión
Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges


Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión


APOLODORO, Biblioteca, III, I




Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito (1) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.


El hecho es que soy único. no me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.


Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. ( A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el del otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.


No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Esto no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.


Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá que me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba un vestigio de sangre.


- ¿Lo creerás, Ariadna? - dijo Teseo -. El minotauro apenas se defendió.



A Marta Mosquera Eastman


El original dice catorce, pero sobran motivos para inferir que en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos


Referencia: http://www.apocatastasis.com/la-casa-de-asterion-jorge-luis-borges.php#ixzz0n5kSivKj
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Mosaico Teseo y el Minotauro en el laberinto



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