lunes, 25 de mayo de 2015

El arte de la esquina
Boletín Mensual Nº 94

Mayo 2015





Diana cazadora en bronce - Pierre Le Faguays





SUMARIO


Apuntes para una Estética del Simbolismo ( Tercera parte)

Las letras gallegas: Xosé Filgueira Valverde
Seres míticos
Diana salvadora





Apuntes para una Estética del Simbolismo (Tercera parte)


Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez

Imagen: Prof. Elsa Sposaro



El movimiento Simbolista,  comienza en Francia en la década de los años ochenta del siglo XIX, y se desarrolla en forma paralela al Pos Impresionismo.  Se manifiesta muy especialmente en las Artes Plásticas. Y, así como en la Literatura, también rechaza  las convenciones estéticas del Romanticismo y el Realismo. Al observar la incapacidad del sistema para resolver los problemas políticos y sociales procura hallar nuevos valores con sustento espiritual.

La creación artística ya no debe supeditarse a la cruda realidad cotidiana, que sólo muestra la degradación, la corrupción, la enfermedad y los padecimientos varios que el hacinamiento urbano, el éxodo rural y la explotación capitalista provocan.
Se advierte la decepción ante el cientificismo, el positivismo y las promesas incumplidas de progreso, que no produjeron la satisfacción ni una mejoría en la calidad de vida en la población.

Desde la Filosofía Schopenhauer retoma preceptos platónicos, según los cuales el mundo visible es tan sólo una mera apariencia, que se torna importante cuando se toma conciencia de que a través de lo sensible se expresa una verdad eterna e inmutable.


Schopenhauer



Este célebre autor, con su bien ganada fama de misógino, acepta (aunque con reservas) la teoría kantiana según la cual los fenómenos existen sólo en la medida en que la mente los percibe como representaciones.



Kant


La voluntad es la naturaleza innata que cada ser experimenta y adopta en el tiempo y el espacio. Ella es la realidad última. De allí surge la tragedia de la vida humana, pues nos impone metas sucesivas (insatisfactorias) y así nos lleva al dolor, en un ciclo sin fin de nacimiento, muerte y renacimiento.


 


La única actitud superadora que cabe es la renuncia en que la razón, tomando el mando, consiga que la voluntad deje de esforzarse. Estos conceptos de raigambre budista le hacen ganar las calificaciones de ateo y pesimista que, más que descriptivas de su pensamiento, son derogatorias. 





 Los artistas simbolistas buscan mostrar el sentido íntimo que subyace en la obra de arte: los símbolos, las alegorías. Suponen que las producciones humanas están cifradas y que, por lo tanto, es necesario descifrarlas. Para esto se requiere conocer el código.

Los signos tienen conexiones con la realidad más trascendente. La abstracción simbólica no sufre el empobrecimiento obligado por el reduccionismo, ya que está protegido por la ambigüedad, la equivocidad y la polisemia. El artista recurre a ellos para acceder a otros ámbitos, por medio de la meditación, la reflexión, la intuición y la contemplación.

El poeta Jean Moréas, en 1885 en su “Manifiesto Simbolista” usó por vez primera el término que acabaría por designar a escritores y pintores que consideraran  que la obra de arte era equivalente a la emoción que una experiencia provoca.
Los creadores, al expresar una realidad intangible e imponderable suelen recurrir a lo misterioso, oculto y oscuro: la espiritualidad. Para lograr la comunicación, su instrumento es el símbolo.




La obra de Sigmund Freud sobre la Interpretación de los Sueños y el contenido irracional del Aparato psíquico aportó elementos para la introspección y la búsqueda interior. La fantasía fluirá acompañada por una ubérrima ornamentación.





Las formas están condicionadas por los ideales, superando la mera apariencia. Lo onírico se consagra desde lo subjetivo como altamente decorativa, con el uso de colores fuertes que enfatizan lo sobrenatural.
Estos artistas se oponen al enfoque analítico característico del Impresionismo. Y es por eso que se alejan de aquella tendencia. Prefieren definir su movimiento  como sintetista o simbolista.



Paul Gauguin organiza la primera muestra simbolista (o sintetista) con motivo de la Feria Mundial de París de 1889-1890. Algunos artistas, continuadores de los preceptos de esta corriente, se auto designan como nabíes (profetas). Pero los representantes más característicos son Moreau, Puvis de Chavannes y Redón.







Cinco pintores





Las letras gallegas: Xosé Filgueira Valverde


En el año 2015 Xosé Filgueira Valverde fue elegido por la Real Academia como exponente de las Letras Gallegas.


Escritores gallegos









SEIS CANCIONES DEL MAR IN MODO ANTICO
1
Porque non seca a morte a fonte das cantigas
eu vos chamo, segreles, que veñades cantar
onde os verdes loureiros gardan vellas ermidas,
cabo das sabias ondas sulcadas do luar,
das insuas da ribeira nun antigo lugar,
¡San Cremenço do mar!
Porque non tolla o frío o albre dos cantares
eu vos digo, rapazas, que vaiades bailar
onde os gayos loureiros quecen fríos fogares,
cabo das tolas ondas, cando o sol vai raiar,
das insuas da ribeira no máis ledo lugar,
¡San Cremenço do mar!








Seres míticos

Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro


Escuela de Cerámica de Mar del Plata
Mural de Santiago Roura y Grupo Muralismo Sudestada                



En el marco que ofrece el Diseño Curricular, en la Cátedra de “Fundamentos de la Educación” se ha propuesto a los alumnos (de primer año del Profesorado de Artes Visuales con orientación en Cerámica, en la Escuela” Rogelio Yrurtia” de Mar del Plata, Argentina) una actividad de interpretación de textos.

La bibliografía utilizada fue el “Manual de zoología fantástica”, la “Breve Antología de cuentos fantásticos” y “El libro de los seres imaginarios” de Jorge Luis Borges.

El principal objetivo  fue transferir al ámbito de la lecto-escritura las competencias plásticas. Facilitar la conversión del Homo videns en Homo sapiens sapiens e integrar a los cursantes en la cultura del libro ha sido el complementario.

Es necesario rescatar las competencias lingüísticas. Éste, que es un auténtico desafío en la enseñanza en general, se hace especialmente importante en la Artística y Superior. Ya que aquí no basta investigar. Se requiere asombrar y recuperar la alegría y el placer en el trabajo.

El propósito secundario es que, a través de los escritos propuestos, se plasme una producción artística que los símbolos polisémicos posibilitan. La Semiótica artística implica connotaciones explícitas unas y crípticas otras. Las interpretaciones divergentes de lo que el uso común privilegia como paradigma de decodificación, son enriquecedoras.

En la base de todo esto está la consideración de que la Mitología (anónima y de autor) hace pensar en una realidad alternativa, con otras posibilidades que aquellas que el sentido común y lo cotidiano ofrecen.

La práctica docente no se limita a tomar contacto con los tecnicismos para inducir a su decodificación. Se tenderá a alcanzar la transcodificación. La experiencia áulica hoy permite la actuación individual, personal de cada uno, como así también el trabajo colaborativo en pos de una producción colectiva. La tarea en equipo muestra lo mucho que se consigue con la participación igualitaria.



Las imágenes siguientes exhiben los logros individuales, aunque no aislados, como así también los grupales, todo  ello en pro del  resultado conjunto.



Ave Fénix - Melisa N. Portillo




Minotauro - María Florencia Raynal




A Bao a Qu - Lucía Herrán




El animal soñado por Kafka - Florencia Ruarte




Fauno - Florencia Méndez




Gnomo - Pamela Lambrecht




El pájaro que causa la lluvia - Magalí Arosa




Animales de los espejos - Pilar Almirón




La sirena - Victoria Serrano




Dos seres metafísicos - Isaías Sauce




Sirena - Verónica Chávez




Pegaso - Sonia Valeria Fernández


Diana Salvadora

Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro



 
Diana cazadora -  Gaston Casimir Saint-Pierre


Entre las cualidades más distintivas de la gran cazadora, hija de Leto, está su juventud. Mientras miríadas de deidades griegas exhiben la hermosura de la edad adulta, ella conmueve con su aspecto de adolescente perpetua, que le hizo merecer el título de la más bella (calisto) y justificar, no sólo su temperamento, sino también su  apasionado arrebato. A este exclusivo y pequeño grupo pertenecen sus hermanos Hebe y Apolo, aunque quizás habría que agregar a Eros (Cupido).



Hebe, diosa de juventud - Antonio Canova



Su mellizo tenía un símbolo: la lira. En ella, siempre acompañada por jóvenes ninfas cantantes y bailarinas, ese instrumento musical se imponía. Este icono, característico también de Orfeo, se sumó a sus otras imágenes distintivas: las armas (el arco, las flechas de plata y oro, las lanzas, las redes y su carro dorado) y los animales (los perros de caza y los ciervos).


Apolo



Todos estos elementos unidos a la fuerza de su temple le sirvieron cuando acudió al rescate de quienes necesitaban de su asistencia. Estos hechos dieron lugar a muchos episodios emocionantes.



Diana cazadora


Acciones del tipo de las mencionadas han sido narradas y las circunstancias en que acontecieron, descriptas por los poetas que la literatura consagró y por los rapsodas anónimos, y repetidas con muchísimas modificaciones por la tradición popular. Así se recuerda que Artemisa salvó a Atalanta, impidiendo que muriese de frío, al ser ésta abandonada por su padre.




Atalanta - Estatua de mármol  en el Louvre



Otro ejemplo sería aquel en que Zeus, en una nueva de sus malas andanzas, persiguió a Táigete (una de las Pléyades) con la intención de violarla. Ella, aterrorizada, invocó en su oración pidiendo auxilio, a Diana, quien para eludir lo que se presentaba ya como inevitable, la transformó en cierva.




Táigete con sus hermanas Las Pléyades



Pese a la trasmutación, el dios supremo de los Olímpicos, la halló, aunque inconsciente, lo cual aprovechó para satisfacer su deseo y ultrajarla. A este infortunado suceso debe su origen Lacedemón, mítico fundador de Esparta.





                                                                  Lacedemón



También intervino para salvar a Yaco, hijo de Aura, nacido tras la violación de Dionisio. Algunas historias cuentan que el fatídico hecho fue provocado por la propia diosa, quien sintiéndose ofendida por una afrenta, habría enviado al desenfrenado (Baco) para castigar su impiedad.




Dios Baco


Como quiera que esto haya sido, la infortunada víctima enloqueció y en ese estado cometió horribles crímenes, siendo el peor de todos, el haber devorado a uno de sus hijos, siguiendo el titánico modelo impuesto por Cronos, el Saturno de los romanos. Pero la divina cazadora salvó al otro del mismo trágico destino que terminó con la vida de su hermano.

Finalmente, Agamemnón afrentó doblemente a la diosa. En primer lugar, alardeó de ser mejor cazador que ella. Y, aunque esto solo ya hubiese bastado, empeoró su situación al matar a un ciervo sagrado. Se conoce sobradamente el desatino del rey de Tebas (y de reyes) aún en el empleo de estrategias para alcanzar el triunfo.



Agamemnón



Cuando en la Guerra de Troya, al frente de los ejércitos griegos, sus acciones comprometieron su éxito, no dudó en ofrecer a su propia hija, Ifigenia, para ganarse la simpatía y benevolencia divinas. Tales eran sus prioridades y jerarquías. Equivocadamente creyó apaciguar así el ánimo de Artemisa, herida en sus sentimientos por el jactancioso comportamiento del monarca.




Sacrificio de Ifigenia


Puesta ya la niña como víctima propiciatoria en el altar de sacrificios, Artemisa la sustituyó por una corzuela. La llevó consigo y luego la hizo su sacerdotisa, convirtiéndola en una compañera inmortal. Con esto la diosa salvífica dio un premio eterno e inagotable a la inocencia de la pequeña.






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