sábado, 17 de mayo de 2014

El arte de la esquina
Boletín mensual Nº 82-Año VII

Mayo  de 2014











Transparencias 2 - Marcela Hempe


SUMARIO

Apuntes para una Estética del Impresionismo (Séptima parte)
Marcela Hempe, artista
La hechicera




Apuntes para una Estética del Impresionismo (Séptima parte)
Lic. Alicia Grela Vázquez

Dado que se hace difícil para la crítica de Arte hablar de una técnica impresionista, se puede pretender al menos, determinar un tema. Pero esta empresa corre la misma suerte, pues el asunto depende solo del temperamento de cada uno de los artistas.





























Moulin de la Galette - Renoir






























Bar en el Folies Bergere - Manet


El objeto de estos pintores se limita a la fugacidad de la percepción. Ellos ven el color de un modo nuevo. Esta característica secundaria de las cosas no es ya una constante de la realidad. Advierten que la sombra proyectada sobre un objeto lo oscurece y también cambia su color visible.



Bailarinas en rosa - Degas



Bailarina - Renoir


Los colores están condicionados por la luz y la atmósfera y, como ella, sujetos al cambio. Esta falta de permanencia se aplica a la forma. Es por eso que hacen sus obras sin contornos estables. Sus cuadros son, de algún modo incompletos e indefinidos. Ofrecen al espectador muchas sensaciones fragmentarias.



Amapolas - Monet


Hay un hecho fuera de lo estético que es determinante: las condiciones meteorológicas cambian velozmente y, por lo tanto, exigen una ejecución rápida y, quizás, repetida en distintos momentos.



El Gran Canal de Venecia - Manet


La creación de estos artistas se basa en los nuevos descubrimientos científicos relativos a la luz (composición, velocidad, constituyentes, naturaleza:: corpuscular, ondulatoria).



Retrato de Isaac Newton - G. Kneller



James Maxwell


Los impresionistas usan los colores del espectro solar: los primarios (rojo, azul y amarillo) y los secundarios (verde, violeta, naranja) con tonos intermedios y también el blanco (por la luz blanca de la que parten) y excluyen los negros (ausencia de color-luz y grises). En su ejecución no mezclan los pigmentos sobre la paleta, sino que fraccionan los tonos puros en la tela. La percepción del espectador logra la fusión (ópticamente). Con esto el Impresionismo no se limita a un solo lenguaje visual, sino que se vale de un amplio abanico de recursos.

De algunos de ellos aprovecha, hacia 1866, una nueva forma de representación iconográfica: el cartel publicitario. El primero en capitalizarlos es Jules Cheret y el mayor exponente Heri Toulousse-Lautrec.


Jules Chéret



Afiche - Jules Chéret



Toulouse-Lautrec en su taller - Fotografía Maurice Guibert




Afiche - Toulouse-Lautrec


Por  su parte, Paul Cézanne (amigo de Zola, Pissarro y Degas) también adscribe al Impresionismo, hasta que en 1870 se desliga de este movimiento. Mientras tanto aporta cambios en las formas, la composición y el color.



Autorretrato con paleta - Paul Cezanne




La montaña de Sainte-Victoire, vista desde Bibémus - Paul Cezanne


Estos innovadores preparan las bases para la disolución de lo figurativo tradicionalmente considerado e inician el camino que las vanguardias históricas del siglo XX emprenden hacia formas de una abstracción mayor.





Marcela Hempe, artista
Selección: Prof. Elsa Sposaro

El arte de la esquina presenta un reportaje y algunas obras de la artista plástica argentina Marcela Hempe.




¿A qué edad comenzó a pintar?

Siempre me gustó la pintura, pintaba barcos antiguos en hojas con témpera y los colgaba en mi casa. Me hubiera gustado seguir bellas artes, pero por diferentes cuestiones de la vida seguí mi otra vocación que es la docencia.  Así fue que me dedique a enseñar a leer y escribir durante 10 años, sin dejar nunca de hacer todo tipo de artesanías y láminas coloridas para mi tarea docente.
Luego comencé con un curso de pintura sobre madera, yo ya pintaba en tela y  ese fue el disparador para aprender pintura artística. Asistí a distintos talleres, estudie varios años dibujo y pintura con Crisantema Petinatto  y posteriormente hiperrealismo con Rodolfo Insaurralde. Así también cursos y seminarios referidos a patinas y pintura decorativa, actividad a la cual también me dedico. Y con el tiempo, de una forma fortuita combine mis dos vocaciones dedicándome a la enseñanza de pintura en mi taller  a lo que me dedico hace casi 20 años.





¿En qué se inspira al momento de iniciar una obra una obra?

 En ciertas oportunidades eligiendo una temática y buscando información .Otras series las base en una técnica que quería experimentar.   Actualmente me he dedicado bastante al abstracto. Parto de la mancha y voy viendo qué formas me sugieren, de ellas siempre surgen mis ciudades y puentes.





¿Qué técnicas utiliza para plasmar sus obras?

Trabajo tanto con acrílico como con óleo, uso mucha técnica mixta, espátula, texturas, me gusta experimentar en lo abstracto, en realidad el placer está en jugar, en la libertad que siento al poner los materiales en la tela y que vaya surgiendo casi sin querer la obra.  Eso es lo que trato de transmitir a mis alumnos en el taller.





¿Como se define como pintora?

Me defino como alguien muy creativo, al que le gusta constantemente probar  nuevas técnicas.





¿Fusiona usted la pintura con otra manifestación del arte o la cultura?

Por ser una persona muy curiosa  incursioné desde  la pintura decorativa, a cerámica en torno, vitraux técnica Tifany, y siempre con ganas de aprender más.





¿Qué significa para usted el arte?

En mi el arte es sinónimo de libertad, de experimentación , de momento lúdico que me conecta con una sensación de felicidad






¿Cómo define su estilo?

Mi estilo actual es una mezcla de abstracción  en la que siempre encuentro formas reales.






¿Algún color predomina en su obra?

Si bien trabajo colores vivos muchas veces a pedido de clientes, me identifico más con las monocromías y los colores quebrados y sucios







¿Considera que la pintura abstracta es más apreciada que la tradicional o paisajística y por qué?

Creo que actualmente la pintura abstracta está más en el tapete, pero esto a  mi criterio tiene que ver más con lo comercial y decorativo.





¿Qué es lo que le deja a usted cada cuadro que termina?

Cada obra que termino me llena de alegría, es la finalización de un proceso de búsqueda, de idas y vueltas, que si decido darle fin es porque me conforma plenamente.






¿Cuál fue el mayor obstáculo que usted tuvo que superar para reconocerse como pintora y considerar que una obra suya era digna de ser expuesta?

El mayor obstáculo sigue siendo el no tener un titulo concreto de profesora de Bellas Artes.





¿A quien admira en la plástica?

Siempre admiré a los impresionistas, entre ellos sobre todo a Van Gogh por la libertad en la pincelada.  También a todos aquellos que consiguieron un  estilo que los caracteriza y los identifica, la posibilidad de ver una  de sus obras y decir es un Picasso o un Dalí.


Obras más recientes: Serie Entre ciudades y flores














La hechicera
Lic.Alicia Grela Vázquez


Flora era una niña que vivía en medio del monte en una gran casa rural, de esas que antes abundaban en el interior de Galicia, con su lar y su hórreo, repleto con las buenas cosechas. Ella era dueña de una imaginación muy vívida. Desde muy pequeña, para hacer honor a la diosa a la que debía su nombre, tenía algunos poderes extraordinarios. Es por eso que aspiraba, con el tiempo y mucho estudio, llegar a bruja.






Para disuadirla no había argumento que bastara, pues era muy voluntariosa y firme en sus decisiones. Como último recurso se convocó a la abuela Peregrina, que sin duda sabría dar con la palabra adecuada, que ayudase a la nena a rectificar su incipiente y riesgoso camino vocacional.

Ella podría mostrarle a la aspirante a ejercer de maga (hacedora de prodigiosos encantamientos e invocaciones) que entre el cielo y la tierra había muchas más cosas que aquellas que conocemos, y le haría comprender que los arcanos, sería mejor que permanecieran así: ocultos como estaban.

La gran matrona era una autoridad reconocida en el pueblo. Tenía fama de prudente conciliadora. Abordaba tangencialmente los conflictos y problemas, evitando confrontar las dificultades como dilemas y antinomias.

La consejera entonces contó algo que, quizás por lo espantoso del asunto, se repetía en otras aldeas de los alrededores. En toda la comarca se decía, desde hacía ya muchísimo tiempo, que un gran número de mozos estaba desapareciendo misteriosamente. Pero claro, eran sólo cuentos de viejos y los lugareños más dotados del característico escepticismo gallego, concluían: “son cuentos”.

Al fantástico suceso se lo ubicaba en un paraje lindante con el pueblo de la abuela. En ese impreciso lugar, se dice que, hace largo tiempo vivió una viuda que tenía tres hijos: dos varones bien plantados y una rapaza muy dispuesta.

Un mal día, el más joven montó en su caballo, llamó a su perro León y se fue de caza al bosque. Llegado a un coto, le salió al encuentro una vieja desdentada y fea que le preguntó bruscamente sin más:
-          “¿Y para dónde vas, mi rapaz?”
-          “Pues, voy de caza, señora.”

Y, sin que mediara nada más, ella le propuso el siguiente reto:
 
“Ten una pelea conmigo y verás como te dejo.”
El muchacho le respondió:
“No, no tengo necesidad de eso. Además, sería abusar de su debilidad y eso no me agrada.”

Pero la mujer insistió en la provocación:
“Pelea, si eres hombre, que si no, tu vales lo mismo que las orejas de un perro viejo.”

Tanto insistió con el desafío, que el joven, aunque absolutamente perturbado, aceptó. Incomodado por hallarse en tal situación, pensó que así ella dejaría de importunarlo. Total, no le haría falta ni dañarla siquiera.

Aún así, la perversa mujer agregó una condición:
“Primero, tienes que atar al perro.”
El mozo replicó:
“No tengo con qué.”

Ella le propuso una solución:
“Toma un pelo de mi cabeza.”
El rapaz ató al can con el cabello de la malvada pendenciera. Hecho esto, pelearon. Pero inusitadamente, la vieja tenía más fuerza y ligereza que él. Cuando se vio vencido, buscando  ayuda en su fiel compañero, gritó:
“¡Arranca León!”

Pero antes de que el can hiciese nada, la anciana mala pronunció estas palabras:
“No arranques, León, que los pelos de mi cabeza, de hierro son.”
El perro se quedó firme en el lugar en que fue sujetado. Y la pérfida buscapleitos no sólo venció al joven, sino que hizo que el suelo se lo tragara, para seguir con su hechizo.



Fotografía de Oscar Cárdenas


Acercándose la noche, el caballo y el perro llegaron a la casa, pero sin el rapaz. Todos los suyos allí: la madre y los hermanos se preguntaban preocupados, dónde estaría, por qué se quedaría en otro lugar y qué sería lo que le hubiese pasado.

Al día siguiente, temprano por la mañana, salió el mayor a buscar al más pequeño y le ocurrió lo mismo. Por la tarde estaban de vuelta en el corral el perro y la bestia, pero sin el jinete. Madre e hija lloraban desconsoladamente. No se explicaban qué podía haberles sucedido.

Pasó la noche y antes de que se viera el sol en el horizonte, la muchacha preparó los arreos del caballo, llamó al perro y emprendió el camino en busca de sus hermanos.

Luego de andar, ahogada en medio de sus preocupaciones, se detuvo junto a una fuente para beber del agua que de allí surgía. Entonces se le apareció una mujer, de la que emanaba una extraña luz y que la sorprendió al preguntarle adónde iba. La moza le contó todo y la señora luminosa le habló así:

“En lo alto de este coto se te va a aparecer una vieja fea y desdentada, que te ha de insistir en que tengas con ella una pelea. Tú no aceptes hasta que se enoje mucho. Te mandará atar al perro con un cabello de su cabeza. Haz como que lo atas, pero sólo simula hacerlo y déjalo libre. Ve a la pelea y cuando te veas en apuros, llama al can”.

“En cuanto la venzas, ella desaparecerá. Tú arroja esta madeja de lana en el agujero que se formará en el lugar que ocupara la hechicera...Y vete con bien, criatura, pues llevas mi protección. Yo soy la Virgen María.”

Y antes de que la mocita pudiera darle las gracias, la dama resplandeciente desapareció. La joven guardó el ovillo de hilo en el pecho y se fue monte arriba. Casi llegando a la frontera, vio a la bruja que, como otras veces repitió:

“Ten una lucha conmigo. Yo soy fuerte y verás que tú aún no puedes dominarme. Todavía no mandas sobre mí.”

La zagala respondió:
”Sí que mando sobre usted, pero le tengo respeto y no quiero, porque le podría hacer mucho daño.”

Y así continuaron discutiendo, hasta que la jovencita accedió a luchar. Cuando la hacedora de prodigiosos maleficios, le dio el pelo, ella sólo aparentó atar a su animal, pero no lo hizo. De modo que, cuando en la contienda iba perdiendo, lo llamó:“¡Arranca, León!”

Y la maga malévola se apresuró a decir:
”¡No arranques, León, que los pelos de mi cabeza de hierro son!”
Pero el guardián se abalanzó sobre la indigna vencedora y le dio tres dentelladas: una en la cara, otra en la barriga y la última en la frente. Con esto la anciana perversa murió, dejando ver una grieta luminosa.

En su lugar surgió un gran agujero. La zagala tomó el hilo que la Señora le había  dado y, como le fuera instruido, lo dejó caer en el hueco. En ese preciso momento aparecieron sus hermanos y muchos otros muchachos que, como ellos, habían sido víctimas inocentes e involuntarias de los hechizos de la infortunada mujer.

Juntos regresaron a la casa familiar y se dice que desde entonces vivieron felices. Pero de ellos no se supo nada más. Tampoco volvió a mencionarse desaparición alguna, ni cosa de ese estilo ni parecida.

Finalizada la narración, la relatora preguntó a la pequeña:
“¿Qué piensas tú, mi niña?”