domingo, 28 de septiembre de 2014

El arte de la esquina
Boletín Mensual N ° 86-Año VIII


Setiembre de 2014




Lilas en la ventana - Mary Cassatt




SUMARIO
Apuntes párr Una Estética del Impresionismo (parte XI)
El peregrino
Artista


Apuntes para una Estética del Impresionismo (parte XI)
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro

El Impresionismo, originado en Francia, después de extenderse por todo el continente europeo, encuentra en el Nuevo Mundo simpatizantes, adherentes, seguidores, compradores y representantes. Entre ellos se destaca un pintor norteamericano: James Mc Neill  Whistler.


Retrato de James Mc Neill   Whistler

  
 Como otros artistas, abandona la pintura temática, buscando la creación armónica, en el uso del color y el manejo de la proporción en sus cuadros. Otorga a sus obras títulos con claras referencias a la Música, como: “Nocturno en azul y oro” y “Sinfonía en blanco”.



Nocturno en azul y oro -  Whistler



Sinfonía en blanco -  Whistler


Por su parte, Childe Hassam, formado en París por los maestros Boulanger y Lefebvre, al volver a Estados Unidos, integra el grupo impresionista Ten American Painters, conocido como “The Ten”. Sus obras más afamadas son las de Flag Series y The Avenue in the rain.

De las muchas mujeres que se destacan en el movimiento,  sobresale como figura relevante Lilla Cabot Perry, quien ingresa en el impresionismo con la óptima guía de Manet.


Autorretrato - Lilla Cabot Perry



Tras su estancia en Japón, lleva su experiencia de vida a Boston, (USA) donde logra la mejor integración artística de ambos mundos: Oriente y Occidente.




Señora con tazón de violetas - Lilla Cabot Perry



Monte Fuji desde el canal -  Lilla Cabot Perry


Otra pintora impresionista americana de relevancia mundial es Mary Cassatt. A ella le atrae la pintura de Courbet y es por eso que viaja a Francia y se hace alumna de Degas, a cuyo estilo se acerca, como así también al de Renoir, como manifiestan sus obras, especialmente”Niños en la playa”, que guarda gran semejanza con la obra del primero de ellos: “En la playa”.



Autorretrato -Mary Cassatt



Meditando en el jardín - Mary Cassatt


Durante su permanencia en Europa Mary Cassatt participa en cuatro de las ocho Exposiciones del Grupo, presentando cuadros de niños y mujeres, de como Berthe Morisot, Tiene una mirada y un toque intimista.


Niños en la playa - Mary Cassatt




En la playa - Degas




Mujer lavando a su hijo - Cassatt




Mujer cosiendo - Cassatt


Se le considera como la introductora del Impresionismo en los Estados Unidos de Norte América, y al igual que muchos otros de sus colegas sufre las dificultades de la vista que la conducen a una ceguera parcial.


Alexander Cassatt y su hijo - Mary Cassatt



Lydia haciendo ganchillo en el jardín - Mary Cassatt



En el palco - M. Cassatt


En muchas de sus obras representa a la burguesía adinerada de Norte América. Su talento para la Plástica se expresa también en el grabado. En esta actividad artística muestra una marcada influencia de la estampa japonesa como evidencian todos sus trabajos.



Denise sosteniendo a su hijo - Grabado - Mary Cassatt






















El peregrino

Lic. Alicia Grela Vázquez

Galicia y Portugal se desarrollaron en forma conjunta y complementaria, como muestran la historia, la literatura, la música, la política y la economía. Baste como prueba el recuerdo de nuestra Inés de Castro y su enamorado: Don Pedro de Portugal, quien (luego de que le fuera arrebatada y asesinada su amada) se conoció como “el cruel”. Alejandro Casona brillante y poéticamente lo dramatizó en “Corona de Amor y Muerte”.

Más recientemente, en la posguerra española, el comercio ilegal que vinculaba el contrabando con el mercado negro, a lo largo de la frontera galaico-portuguesa, que se designó como “estraperlo” es otro símbolo de la conjunción mencionada. Este nombre se extendió debido al mayor escándalo de corrupción en los altos puestos gubernamentales, en relación con el juego, las apuestas y los sobornos a funcionarios políticos de primera línea.

Por ése y otros sombríos momentos, evocaré la vieja leyenda del peregrino, que una vez más reúne a ambas naciones.





Era ésa una cálida noche de julio, en que los jóvenes salían a buscar a sus amores y los mayores se quedaban en casa a contar historias, que los más pequeños también oíamos con deleite.

Una de ellas se refería a lo sucedido hace muchísimos años a un mozo gallego, paisano nuestro, en el país vecino de Portugal, en la localidad de Barcelos (1). Hacia el siglo XIII, en ese pueblo, construido a orillas del río Cádavo, cerca de Braga, en el norte lusitano y próximo a la frontera con Galicia, ocurrió un hecho, que por lo extraño, se transformó en la leyenda que Isaac (2), nuestro juglar local, solía narrar con motivo de los años santos jacobeos.

Por aquellos lejanos tiempos la aldea lusa gozaba de una apacible vida que el ambiente medieval favorecía, en las pocas casas solariegas, disfrutando de la prosperidad que la buena reputación de sus vinos Douro le proporcionaban.

Lamentablemente, las riquezas y el poder saben tornarnos soberbios y nos hacen despectivos y capaces de acciones insensibles y viles, en contra de aquellos más desfavorecidos, como el protagonista de este relato.

Un mal día, a los habitantes de la villa los conmovió  un espantoso delito cometido contra uno de sus terratenientes. El crimen pareció estar motivado por la intención de robarle objetos de plata que en su palacio acopiaba. El poblado perdió su quietud y tranquilidad, no sólo por el abominable hecho, sino especialmente, porque no podían hallar al responsable del mismo.

En mala hora apareció en el lugar un extraño. El zagal decía ser gallego, peregrino a la ciudad santa de Santiago de Compostela. Pero ya todo estaba resuelto: joven y extranjero. Nadie dudó en el momento de acusarlo, aprenderlo, encerrarlo, juzgarlo y condenarlo.

No le valió al cuitado proclamar su honradez ni su inocencia. Así pues, fue sentenciado. No obstante, se le concedió una última voluntad.

Todos los que escuchábamos el relato, mientras el contador recuperaba el aire y creaba suspenso, imaginábamos y tratábamos de anticipar cuál sería ese deseo y lo decíamos de viva voz...

Finalmente callamos, cuando nuestro narrador, el buen Isaac, continuó. El reo pidió ser llevado ante el juez que le había sentenciado a muerte. Y eso mismo le fue concedido.

El magistrado se hallaba con sus amigos celebrando con un festín la exitosa resolución de tan excepcional caso. Pero, pese a todo, lo recibió y lo oyó clamar ante los comensales, protestando, una vez más, por haber sido declarado culpable. El secreto (ahora a voces) de las audiencias, exhibió que el  fallo judicial se hizo falla.

Los presentes continuaban siendo incrédulos, aún cuando el muchacho al señalar al gallo asado que mostraba la fuente en el centro de la mesa, dijo:

“Mi inocencia es tan cierta, que les aseguro que este gallo se pondrá de pie en     su plato, si soy colgado sin ser culpable.”

Todos los convidados al banquete se rieron, pero ninguno de ellos continuó comiendo.

El peregrino gallego fue llevado para ser ejecutado públicamente. La justicia así pretendía ser ejemplar y disuadir a otros de una mala acción. El verdugo, cumpliendo con el dictamen, lo colgó en la plaza a la vista de todos.

Entonces, en la residencia del juez el gallo se levantó, agitó sus alas y cantó, tal como había sido anunciado.


Gallo de Barcelos


Al ver tal prodigio, el dueño de casa corrió hacia la horca y una vez allí pudo comprobar que el condenado seguía con vida. Quizás el nudo de la soga no estuviera bien hecho, que la experiencia del oficiante no fuera la suficiente; o tal vez una imperfección en la trama de la cuerda, o un auténtico milagro de aquellos que en esas épocas abundaban.

El caso es que, una vez quitada la soga, luego de toser un poco, nuestro paisano siguió respirando normalmente.

La tradición cuenta que el peregrino completó su Buen Camino y llegó a su meta: Santiago; y que más tarde volvió a Barcelos, el lugar de sus padecimientos, donde construyó un crucero (3) en agradecimiento a la Santísima Virgen y en honor del Apóstol.



Crucero del Señor del Gallo



De ese modo el gallito se tornó protagonista de fiestas, (4) ferias y romerías, modelo para las artes y las artesanías y en símbolo de fe, confianza, serenidad, justicia y honor.


NOTAS


(1)  La peregrinación a la ciudad de Santiago se hace a lo largo de varias rutas que desde la Edad Media recorren Europa. Entre ellas se destaca el Camino Portugués, en que esta leyenda se ambienta.




(2)  Isaac, aunque no era aquel patriarca de Israel, hacía en nuestro pueblo honor a la etimología de su nombre, pues siempre nos hacía reír o sonreír. Como juglar que era, aunque no itinerante, nos asombraba y entretenía con sus historias.



Isaac, hijo de Abraham



Juglares


(3)  El Crucero del Señor del Gallo está hecho en piedra. Sus bajos relieves cuentan la leyenda del peregrino y el gallo (que es emblema de la localidad). Originalmente se instaló en Barceliños (uno de los barrios de Barcelos). Actualmente está en el Museo Arqueológico, que corresponde al Palacio de los condes de Barcelos.




Museo Arqueológico y Pazo de los condes de Barcelos


El Pazo es hoy un monumento lapidario que cuenta con una rica colección,     pese a que el terremoto de 1755 lo dañara considerablemente. En 1800 se derrumbó parcialmente. Sólo quedan de la noble fortaleza algunas paredes y una de las cuatro chimeneas que tenía.


(4)  La Fiesta de las Cruces desde 1504 se las celebra a fines de abril y comienzos de mayo. Es la primera gran romería miñota (del río Miño). Para ella cada barrio (o freguesía) elabora un panel como arco romero, decorado en forma tradicional.



Fiesta de las cruces



Arcos, paneles de la romería miñota




Éstas se suman a la feria artesanal que desde la Edad Media se realiza cada jueves (y que es la más importante de Portugal). En todas ellas la máxima expresión es la loza pintada.






                               Artículos portugueses de loza pintada: platos, gallos   




El artista











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